Encontrados 1876 resultados para: don

  • «¿Qué prenda he de darte?» - «Tu sello, tu cordón y el bastón que tienes en la mano.» El se lo dio y se unió a ella, la cual quedó encinta de él. (Génesis 38, 18)

  • Preguntó a los del lugar: «¿Dónde está la ramera aquella que había en Enáyim, a la vera del camino?» - «Ahí no ha habido ninguna ramera» - dijeron. (Génesis 38, 21)

  • Entonces él se volvió donde Judá y dijo: «No la he encontrado; y los mismos lugareños me han dicho que allí no ha habido ninguna ramera.» (Génesis 38, 22)

  • Pero cuando ya la sacaban, envió ella un recado a su suegro: «Del hombre a quien esto pertenece estoy encinta», y añadía: «Examina, por favor, de quién es este sello, este cordón y este bastón.» (Génesis 38, 25)

  • Y el señor de José le prendió y le puso en la cárcel, en el sitio donde estaban los detenidos del rey. Allí se quedó en presidio. (Génesis 39, 20)

  • y les puso bajo la custodia en casa del jefe de los guardias, en prisión, en el lugar donde estaba detenido José. (Génesis 40, 3)

  • Vio José a sus hermanos y los reconoció, pero él no se dio a conocer, y hablándoles con dureza les dijo: «¿De dónde venís?» Dijeron: «De Canaán, para comprar viveres.» (Génesis 42, 7)

  • Entonces José se apartó de su lado y lloró; y volviendo donde ellos tomó a Simeón y le hizo amarrar a vista de todos. (Génesis 42, 24)

  • Llegaron donde su padre, a Canaán, y le manifestaron todas sus aventuras, diciéndole: (Génesis 42, 29)

  • Dijeron: «!El empezó preguntándonos por nuestra familia, diciéndonos: ¿Tenéis aún padre? ¿Vive todavía vuestro padre? ¿Tenéis algun otro hermano? Y nosotros nos limitamos a responder a sus palabras. ¿Podíamos saber que iba a decirnos: Bajad a vuestro hermano?» (Génesis 43, 7)

  • Tomad, pues, a vuestro hermano y volved inmediatamente donde ese hombre; (Génesis 43, 13)

  • Replicó: «¡Lejos de mí, hacer eso! Aquel a quien se le ha hallado la copa, ése será mi esclavo, que los demás subiréis sin novedad donde vuestro padre.» (Génesis 44, 17)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina