Encontrados 1016 resultados para: medio-hermano

  • Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor. (I Corintios 7, 15)

  • Y por tu conocimiento se pierde el débil: ¡el hermano por quien murió Cristo! (I Corintios 8, 11)

  • Por tanto, si un alimento causa escándalo a mi hermano, nunca comeré carne para no dar escándalo a mi hermano. (I Corintios 8, 13)

  • En cuanto a nuestro hermano Apolo, le he insistido mucho para que vaya donde vosotros con los hermanos; pero no tiene intención alguna de ir ahora. Irá cuando tenga oportunidad. (I Corintios 16, 12)

  • Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Timoteo, el hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya; (II Corintios 1, 1)

  • mi espíritu no tuvo punto de reposo, pues no encontré a mi hermano Tito, y despidiéndome de ellos, salí para Macedonia. (II Corintios 2, 13)

  • ¡Gracias sean dadas a Dios, que nos lleva siempre en su triunfo, en Cristo, y por nuestro medio difunde en todas partes el olor de su conocimiento! (II Corintios 2, 14)

  • Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! (II Corintios 5, 20)

  • ¿Qué conformidad entre el santuario de Dios y el de los ídolos? Porque nosotros somos santuario de Dios vivo, como dijo Dios: Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (II Corintios 6, 16)

  • Con él enviamos al hermano, cuyo renombre a causa del Evangelio se ha extendido por todas las Iglesias. (II Corintios 8, 18)

  • Con ellos os enviamos también al hermano nuestro, cuya solicitud tenemos ya comprobada muchas veces y de muchas maneras; solicitud aún mayor ahora por la gran confianza que tiene en vosotros. (II Corintios 8, 22)

  • Sois ricos en todo para toda largueza, la cual provocará por nuestro medio acciones de gracias a Dios. (II Corintios 9, 11)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina