Encontrados 1016 resultados para: medio-hermano

  • En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano. (I Juan 3, 10)

  • No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y ¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas. (I Juan 3, 12)

  • Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él. (I Juan 3, 15)

  • Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? (I Juan 3, 17)

  • En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. (I Juan 4, 9)

  • Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. (I Juan 4, 20)

  • Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano. (I Juan 4, 21)

  • Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida - a los que cometan pecados que no son de muerte pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida -. (I Juan 5, 16)

  • Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los que han sido llamados, amados de Dios Padre y guardados para Jesucristo. (Judas 1, 1)

  • al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 1, 25)

  • Yo, Juan, vuestro hermano y compañero de la tribulación, del reino y de la paciencia, en Jesús. Yo me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. (Apocalipsis 1, 9)

  • y en medio de los candeleros como a un Hijo de hombre, vestido de una túnica talar, cen6ido al talle con un ceñidor de oro. (Apocalipsis 1, 13)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina