Encontrados 679 resultados para: país

  • Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres del país de Egipto hasta el día de hoy hemos sido indóciles al Señor Dios nuestro y prestos en desoír su voz. (Baruc 1, 19)

  • Por esto se nos han pegado los males y la maldición con que el Señor conminó a su siervo Moisés el día que sacó a nuestros padres del país de Egipto para darnos una tierra que mana leche y miel, como sucede en este día. (Baruc 1, 20)

  • Y ahora, oh Señor, Dios de Israel, que sacaste a tu pueblo del país de Egipto con mano fuerte, entre señales y prodigios, con gran poder y tenso brazo, haciéndote así un nombre como se ve en este día, (Baruc 2, 11)

  • yo haré cesar en las ciudades de Judá y en Jerusalén el canto de alegría y el canto de alborozo, el canto del novio y el canto de la novia, y todo el país quedará hecho un desierto, sin habitantes.» (Baruc 2, 23)

  • Pues bien sé que no me escucharán, porque es un pueblo de dura cerviz; pero se convertirán en sus corazones en el país de su destierro; (Baruc 2, 30)

  • Y ellos me alabarán en el país de su destierro, se acordarán de mi nombre, (Baruc 2, 32)

  • ¿Por qué, Israel, por qué estás en país de enemigos, has envejecido en un país extraño, (Baruc 3, 10)

  • No pueden poner rey en un país, ni dar a los hombres la lluvia. (Baruc 6, 52)

  • igualmente el relámpago, cuando aparece, es bien visible; asimismo el viento sopla en todo país; (Baruc 6, 60)

  • Por la púrpura y el lino que se pudre encima de ellos, conoceréis también que no son dioses. Ellos mismos serán al fin devorados y serán un oprobio para el país. (Baruc 6, 71)

  • la palabra de Yahveh fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Kebar, y allí fue sobre él la mano de Yahveh. (Ezequiel 1, 3)

  • Te llega el turno, habitante del país. Llega el tiempo, está cercano el día, consternación, que no ya ¡hurra!, en los montes. (Ezequiel 7, 7)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina