Encontrados 679 resultados para: país

  • Mas yo tenderé mi lazo sobre él y quedará preso en mi red; le conduciré a Babilonia, al país de los caldeos; pero no lo verá, y morirá allí. (Ezequiel 12, 13)

  • Hijo de hombre, si un país peca contra mí cometiendo infidelidad, y yo extiendo mi mano contra él, destruyo su provisión de pan y envío contra él el hambre para extirpar de allí hombres y bestias, (Ezequiel 14, 13)

  • y en ese país se hallan estos tres hombres, Noé, Danel y Job, ellos salvarán su vida por su justicia, oráculo del Señor Yahveh. (Ezequiel 14, 14)

  • Si yo suelto las bestias feroces contra ese país para privarle de sus hijos y convertirle en una desolación por donde nadie pase a causa de las bestias, (Ezequiel 14, 15)

  • y en ese país se hallan esos tres hombres: por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que ni hijos ni hijas podrán salvar; sólo se salvarán a sí mismos, pero el país quedará convertido en desolación. (Ezequiel 14, 16)

  • O bien, si yo hago venir contra ese país la espada, si digo: «Pase la espada por este país», y extirpo de él hombres y bestias, (Ezequiel 14, 17)

  • y esos tres hombres se hallan en ese país: por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que no podrán salvar ni hijos ni hijas; ellos solos se salvarán. (Ezequiel 14, 18)

  • O si envío la peste sobre ese país y derramo en sangre mi furor contra ellos, extirpando de él hombres y bestias, (Ezequiel 14, 19)

  • y en ese país se hallan Noé, Danel y Job: por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que ni hijos ni hijas podrán salvar; sólo se salvarán a sí mismos por su justicia. (Ezequiel 14, 20)

  • Dirás: Así dice el Señor Yahveh a Jerusalén: Por tu origen y tu nacimiento eres del país de Canaán. Tu padre era amorreo y tu madre hitita. (Ezequiel 16, 3)

  • Luego, multiplicaste tus prostituciones en el país de los mercaderes, en Caldea, y tampoco esta vez quedaste harta. (Ezequiel 16, 29)

  • arrancó la punta más alta de sus ramas, la llevó a un país de mercaderes y la colocó en una ciudad de comerciantes. (Ezequiel 17, 4)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina