Encontrados 353 resultados para: piedras grandes

  • Yahveh realizó a nuestros propios ojos señales y prodigios grandes y terribles en Egipto, contre Faraón y toda su casa. (Deuteronomio 6, 22)

  • de las grandes pruebas que tus ojos vieron, las señales y prodigios, la mano fuerte y el tenso brazo con que Yahveh tu Dios te sacó. Lo mismo hará Yahveh tu Dios con todos los pueblos a los que temes. (Deuteronomio 7, 19)

  • sino que Yahveh tu Dios te las entregará y les infligirá grandes descalabros hasta que queden destruidas. (Deuteronomio 7, 23)

  • tierra donde el pan que comas no te será racionado y donde no carecerás de nada; tierra donde las piedras tienen hierro y de cuyas montañas extraerás el bronce. (Deuteronomio 8, 9)

  • Escucha, Israel. Hoy vas a pasar ya el Jordán para ir a desalojar a naciones más grandes y fuertes que tú, ciudades grandes, de murallas que llegan hasta el cielo, (Deuteronomio 9, 1)

  • El será objeto de tu alabanza y él tu Dios, que ha hecho por ti esas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto. (Deuteronomio 10, 21)

  • Cuando paséis el Jordán para ir a la tierra que Yahveh tu Dios te da, erigirás grandes piedras, las blanquearás con cal, (Deuteronomio 27, 2)

  • Y cuando hayáis pasado el Jordán, erigiréis estas piedras en el monte Ebal, como os lo mando hoy, y las blanquearéis con cal. (Deuteronomio 27, 4)

  • Levantarás allí en honor de Yahveh tu Dios un altar de piedras, sin labrarlas con el hierro. (Deuteronomio 27, 5)

  • Con piedras sin labrar harás el altar de Yahveh tu Dios, y sobre este altar ofrecerás holocaustos a Yahveh tu Dios. (Deuteronomio 27, 6)

  • Escribirás en esas piedras todas las palabras de esta Ley. Grábalas bien.» (Deuteronomio 27, 8)

  • Yahveh hará terribles tus plagas y las de tu descendencia: plagas grandes y duraderas, enfermedades perniciosas y tenaces. (Deuteronomio 28, 59)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina