Encontrados 217 resultados para: ángel

  • De repente se presentó un ángel del Señor, y la celda quedó toda iluminada. El ángel tocó a Pedro en el costado y lo despertó diciendo: "Levántate en seguida". Y se le cayeron las cadenas de las manos. (Hechos 12, 7)

  • El ángel le dijo: "Cíñete y ponte tus sandalias". Así lo hizo. Y añadió: "Échate el manto y sígueme". (Hechos 12, 8)

  • Pedro salió y lo siguió, sin saber si era realidad lo que el ángel hacía, pues se figuraba que era una visión. (Hechos 12, 9)

  • Pasaron la primera y segunda guardia, y llegaron a la puerta de hierro que da a la ciudad, la cual se les abrió por sí sola. Salieron y avanzaron por una calle; y de repente el ángel lo dejó. (Hechos 12, 10)

  • Entonces Pedro, dándose cuenta de lo que pasaba, dijo: "Ahora sé realmente que el Señor ha enviado su ángel y me ha arrancado de la mano de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo judío". (Hechos 12, 11)

  • Ellos le dijeron: "Estás loca". Pero ella insistía en que era así. Y ellos decían: "Es su ángel". (Hechos 12, 15)

  • Pero en aquel instante un ángel del Señor lo hirió de muerte, por haberse arrogado el honor de Dios, y murió roído de gusanos. (Hechos 12, 23)

  • Se produjo un gran alboroto. Algunos maestros de la ley de la parte de los fariseos se levantaron y afirmaron enérgicamente: "Nosotros no encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?". (Hechos 23, 9)

  • Esta noche un ángel del Dios al que pertenezco y a quien sirvo se me ha aparecido y me ha dicho: (Hechos 27, 23)

  • Lo cual no es de extrañar, pues también Satanás se disfraza de ángel de luz. (II Corintios 11, 14)

  • Y para que no sea orgulloso por la sublimidad de las revelaciones, me han clavado una espina en el cuerpo, un ángel de Satanás, que me abofetea para que no me haga un soberbio. (II Corintios 12, 7)

  • Pero si yo mismo o incluso un ángel del cielo os anuncia un evangelio distinto del que yo os anuncié, sea maldito. (Gálatas 1, 8)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina