Encontrados 277 resultados para: Babilonia

  • El mar ha invadido a Babilonia, la ha ahogado bajo la masa de sus olas. (Jeremías 51, 42)

  • Yo castigaré a Bel en Babilonia y arrancaré de sus fauces lo que ha devorado. Hacia él no afluirán nunca más las naciones. Ya se ha desplomado la muralla de Babilonia. (Jeremías 51, 44)

  • Por eso, vienen días en que visitaré a los ídolos de Babilonia. Toda su tierra se avergonzará y todas sus víctimas yacerán en medio de ella. (Jeremías 51, 47)

  • Entonces el cielo y la tierra y cuanto encierran entonarán sobre Babilonia un cántico de triunfo, porque del norte llegan contra ella los devastadores -dice el Señor-. (Jeremías 51, 48)

  • Babilonia tiene que caer también por los caídos de Israel, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra. (Jeremías 51, 49)

  • Aunque Babilonia se elevara hasta el cielo e hiciera inaccesibles sus fortalezas en las altas esferas, de mi parte les alcanzarían los devastadores -dice el Señor-. (Jeremías 51, 53)

  • ¡Escuchad! Agudos gritos salen de Babilonia, un gran estrago del país de los caldeos. (Jeremías 51, 54)

  • Es que el Señor devasta a Babilonia y pone fin a su gran ruido por más que sus olas rujan como las grandes aguas y resuene el estruendo de su voz. (Jeremías 51, 55)

  • Pues un devastador cae sobre Babilonia y son apresados sus guerreros, rotos sus arcos. Porque el Señor es el Dios de las retribuciones y paga meticulosamente. (Jeremías 51, 56)

  • Esto dice el Señor omnipotente: La ancha muralla de Babilonia será totalmente arrasada y sus altas puertas consumidas por el fuego. Así los pueblos se fatigan por nada y las naciones se cansan para el fuego. (Jeremías 51, 58)

  • Orden dada por el profeta Jeremías a Serayas, hijo de Nerías, hijo de Majsías, cuando partió con Sedecías, rey de Judá, a Babilonia, el año cuarto de su reinado. Serayas era el mayordomo de viaje. (Jeremías 51, 59)

  • Jeremías había escrito en un libro todo el mal que había de sobrevenir a Babilonia, todas estas palabras escritas acerca de Babilonia. (Jeremías 51, 60)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina