Encontrados 295 resultados para: Campo

  • Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo. (Deuteronomio 28, 16)

  • Cuando terminaron de matar a todos los de Ay que habían salido al campo en su persecución, los israelitas se volvieron a la ciudad y la pasaron a cuchillo. (Josué 8, 24)

  • Cuando ella fue a casa de su marido, éste la convenció de que pidiera a su padre un campo. Acsá se bajó del asno, y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?". (Josué 15, 18)

  • Los huesos de José, que los israelitas habían traído de Egipto, fueron sepultados en Siquén, en la parte del campo que Jacob había comprado por cien monedas de plata a los hijos de Jamor, padre de Siquén, y que pasó a ser propiedad de los hijos de José. (Josué 24, 32)

  • Cuando la llevaban a casa de su marido, éste la convenció para que pidiera a su padre un campo. Ella se bajó del asno, y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?". (Jueces 1, 14)

  • ellos salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva y organizaron una gran fiesta; entraron en el templo de su dios, comieron y bebieron y maldijeron a Abimelec. (Jueces 9, 27)

  • Por tanto, sal esta noche con tu gente y ponte en emboscada en el campo. (Jueces 9, 32)

  • Al día siguiente los de Siquén se echaron al campo. Cuando Abimelec lo supo, (Jueces 9, 42)

  • tomó a su gente, la dividió en tres bandos y se puso en emboscada en el campo. Cuando los vio salir de la ciudad, se lanzó contra ellos y los derrotó. (Jueces 9, 43)

  • Abimelec y su gente se desplegaron y tomaron posiciones en la puerta de la ciudad. Los otros dos cuerpos se desplegaron contra los que estaban en el campo y los mataron. (Jueces 9, 44)

  • Dios escuchó la súplica de Manóaj, y el ángel del Señor se apareció otra vez a la mujer cuando estaba en el campo; no estaba con ella su marido. (Jueces 13, 9)

  • Y el espíritu del Señor comenzó a actuar en él en el campo de Dan, entre Sorá y Estaol. (Jueces 13, 25)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina