Encontrados 72 resultados para: Multitud

  • dijo: "Atención, habitantes de Judá y de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat. Esto os dice el Señor: No temáis ni os asustéis ante esta ingente multitud, porque la batalla no es cosa vuestra, sino de Dios. (II Crónicas 20, 15)

  • Cuando los de Judá llegaron a la cima que domina el desierto y volvieron sus ojos hacia la multitud, no vieron más que cadáveres tendidos en tierra. No se había salvado ni uno. (II Crónicas 20, 24)

  • Acudió a Jerusalén una gran multitud de gente para celebrar la fiesta de los panes sin levadura en el segundo mes. (II Crónicas 30, 13)

  • Mientras Esdras oraba y hacía esta confesión llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó junto a él una gran multitud de israelitas, mujeres y niños; todos lloraban amargamente. (Esdras 10, 1)

  • Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -porque dominaba a toda la multitud- y, al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. (Nehemías 8, 5)

  • Luego regresó a Nínive con sus tropas y con toda la incontable multitud de guerreros que le habían seguido, y durante ciento veinte días se dedicaron a descansar y a comer. (Judit 1, 16)

  • Entonces la espada de mis soldados y la multitud de mis servidores traspasarán tu cuerpo, y tú caerás con los heridos cuando yo avance. (Judit 6, 6)

  • Cuando los israelitas vieron aquella ingente multitud, se aterrorizaron y se dijeron unos a otros: "Éstos, sin duda, cubrirán toda la tierra, y ni los montes más altos, ni los desfiladeros, ni las colinas podrán detener su marcha". (Judit 7, 4)

  • Pues no está tu fuerza en la multitud ni en los poderosos tu dominio, sino que eres Dios de los humildes, socorro de los oprimidos, protector de los débiles, defensor de los abandonados, salvador de los desesperanzados. (Judit 9, 11)

  • Vinieron los asirios de las montañas del norte con su ejército incontable. La multitud cerraba los valles y los caballos cubrían los montes. (Judit 16, 3)

  • Quiero recordar aquello y desahogar mi alma; cuando entraba en la casa de Dios como en cortejo noble, al son de gritos de alegría y dando gracias entre la multitud en fiesta. (Salmos 42, 5)

  • El Señor da una orden, multitud de mensajeros la transmiten: (Salmos 68, 12)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina