Encontrados 39 resultados para: Podían

  • Las gentes del lugar le preguntaban si Rebeca era su mujer, y él respondía que era su hermana, pues tenía miedo de decir que era su mujer; porque como Rebeca era muy bella, pensaba que aquellos hombres podían matarle. (Génesis 26, 7)

  • porque tenían muchos bienes y no podían estar juntos; la tierra en que habitaban no era suficiente para ellos, porque tenían muchos ganados. (Génesis 36, 7)

  • Sus hermanos vieron que su padre lo amaba más que a todos ellos, y le cobraron tal odio que no podían hablarle con cariño. (Génesis 37, 4)

  • Los ojos de Israel estaban tan achacosos por la vejez que apenas podían ver. José se los acercó, y él los abrazó y los besó. (Génesis 48, 10)

  • Los peces del río murieron, el río apestaba y los egipcios no podían beber de él, y hubo sangre en todo Egipto. (Exodo 7, 21)

  • Todos los egipcios excavaron en las orillas del río en busca de agua potable, pues no podían beber las del río. (Exodo 7, 24)

  • El Señor iba delante, de día en columna de nube para marcarles el camino, y en columna de fuego de noche para alumbrarles; así podían caminar tanto de día como de noche. (Exodo 13, 21)

  • Él les indicó por dónde podían entrar en la ciudad. Pasaron a filo de espada a la ciudad, pero dejaron libre a aquel hombre con toda su parentela. (Jueces 1, 25)

  • Los derroté y no podían rehacerse, sucumbían debajo de mis pies. (II Samuel 22, 39)

  • Las barras eran tan largas que se podían ver sus extremidades desde la nave central que estaba delante del lugar santísimo, aunque no desde fuera. Allí han estado hasta el presente. (I Reyes 8, 8)

  • Las barras eran tan largas que se podían ver sus extremidades desde la nave central, que estaba delante del lugar santísimo, aunque no desde fuera; allí han estado hasta el presente. (II Crónicas 5, 9)

  • de manera que los sacerdotes no podían entrar en él, pues la gloria del Señor lo llenaba. (II Crónicas 7, 2)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina