Encontrados 273 resultados para: Sacrificio

  • Invitarás a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que debes hacer: Me ungirás al que yo diga". (I Samuel 16, 3)

  • Él respondió: "La paz. He venido a ofrecer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio". Y él purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio. (I Samuel 16, 5)

  • Si tu padre me echa de menos, le dirás: David me pidió con insistencia que le permitiera hacer una escapada a Belén, su ciudad, porque celebran allí el sacrificio anual por el clan. (I Samuel 20, 6)

  • Me dijo: Permíteme ir, porque tenemos un sacrificio de familia en la ciudad y mis hermanos me han reclamado. Si te parece bien, déjame hacer una escapada para ver a mis hermanos. Por eso no ha venido a la mesa del rey". (I Samuel 20, 29)

  • pues cuando estaba en Guesur, en Arán, hice este voto: Si el Señor me permite volver a Jerusalén, ofreceré al Señor un sacrificio en Hebrón". (II Samuel 15, 8)

  • Absalón mandó a buscar a su propia ciudad de Guiló a Ajitófel, guilonita, consejero de David, que estuvo con él mientras ofrecía el sacrificio. La conjuración se hizo fuerte y los partidarios de Absalón iban aumentando. (II Samuel 15, 12)

  • Salomón inmoló, como sacrificio de reconciliación ofrecido al Señor, veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas. De esta manera, el rey y todos los israelitas celebraron la dedicación del templo del Señor. (I Reyes 8, 63)

  • Pasado el mediodía, continuaron en su paroxismo hasta la hora de la ofrenda del sacrificio. Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía ni hacía caso. (I Reyes 18, 29)

  • A la hora de la ofrenda del sacrificio de Elías, se adelantó y dijo: "¡Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel!, que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel y yo tu siervo, y que por orden tuya he hecho todas estas cosas. (I Reyes 18, 36)

  • En efecto, a la mañana siguiente, a la hora de la ofrenda del sacrificio perpetuo, por la parte de Edón empezó a llegar el agua hasta que la comarca quedó inundada. (II Reyes 3, 20)

  • Pues bien, convocad ante mí a todos los profetas de Baal, a todos sus sacerdotes y a todos sus adoradores. Que nadie falte, porque tengo que ofrecer un sacrificio solemne a Baal. Todo el que falte morirá". Jehú obraba así con astucia para hacer perecer a todos los adoradores de Baal. (II Reyes 10, 19)

  • El dinero del sacrificio por la culpa y el dinero del sacrificio por el pecado no se traía al templo del Señor, sino que era para los sacerdotes. (II Reyes 12, 17)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina