Encontrados 213 resultados para: Santuario

  • Mientras los sacerdotes salían del santuario, una nube llenó el templo del Señor, (I Reyes 8, 10)

  • En el monte que está enfrente de Jerusalén construyó un santuario a Camós, ídolo repugnante de Moab, y a Milcón, ídolo repugnante de los amonitas. (I Reyes 11, 7)

  • En aquella ocasión Ezequías desguarneció las puertas del santuario del Señor y las columnas que el mismo Ezequías, rey de Judá, había recubierto de oro, y lo entregó al rey de Asiria. (II Reyes 18, 16)

  • Destruyó el altar que había en Betel, y el santuario que había construido Jeroboán, hijo de Nabat, el que había inducido a Israel a pecar; hizo pedazos sus piedras, reduciéndolas a polvo, y quemó el cipo sagrado. (II Reyes 23, 15)

  • Sacó de allí, como había dicho el Señor, todos los tesoros del templo del Señor y del palacio real, e hizo pedazos todos los objetos de oro que Salomón, rey de Israel, había fabricado para el santuario del Señor. (II Reyes 24, 13)

  • En su presencia, esplendor y majestad; en su santuario, poder y alegría. (I Crónicas 16, 27)

  • Poned, pues, vuestro corazón y vuestra alma al servicio del Señor, vuestro Dios. Aprestaos y edificad el santuario del Señor, vuestro Dios, para trasladar al templo edificado al nombre del Señor el arca de la alianza del Señor y los utensilios consagrados a Dios". (I Crónicas 22, 19)

  • En una palabra, su obligación era el servicio de la tienda de la reunión, del santuario, de los hijos de Aarón, sus hermanos, y del servicio del templo del Señor. (I Crónicas 23, 32)

  • Piensa ahora que el Señor te ha elegido para que le construyas una casa como santuario. ¡Animo y manos a la obra!". (I Crónicas 28, 10)

  • El vestíbulo de delante del santuario tenía diez metros de largo a lo ancho del edificio, cinco de ancho a lo largo del mismo y sesenta de alto. Su interior estaba revestido de oro puro. (II Crónicas 3, 4)

  • Cuando los sacerdotes salieron del santuario (todos los sacerdotes presentes se habían purificado sin distinción de clases), (II Crónicas 5, 11)

  • Si nos sobreviene la desgracia, si la espada, el castigo, la peste o el hambre se abaten sobre nosotros, nos presentaremos en este templo delante de ti, porque en este santuario habita tu nombre, y en medio de nuestra angustia clamaremos a ti, y tú nos escucharás y nos salvarás. (II Crónicas 20, 9)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina