Encontrados 182 resultados para: Sión

  • Tus santas ciudades han quedado hechas un desierto; Sión está desierta, Jerusalén es una desolación. (Isaías 64, 9)

  • ¿Quién vio jamás cosa igual? ¿Quién vio una cosa semejante? ¿Se puede dar a luz a un país en sólo un día? ¿Un pueblo puede ser alumbrado de una vez? Pues apenas sentidos los dolores, Sión ha dado a luz a sus hijos. (Isaías 66, 8)

  • Volved, hijos rebeldes -dice el Señor-, porque yo soy vuestro dueño; os tomaré, uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os conduciré a Sión. (Jeremías 3, 14)

  • Izad una señal hacia la parte de Sión. ¡Huid, no os detengáis! Pues la desgracia voy a traer del norte, una inmensa catástrofe. (Jeremías 4, 6)

  • Sí, oigo gritos como de mujer en parto, angustias como de primeriza. Son los gritos de la hija de Sión, que gime y alarga las manos. "¡Ay de mí, que voy a sucumbir bajo los golpes de los asesinos!". (Jeremías 4, 31)

  • ¡Oh hermosa y delicada, estás perdida, hija de Sión! (Jeremías 6, 2)

  • Están armados de arcos y espadas; son crueles, sin piedad. Su clamor es como el estruendo del mar, cabalgan en corceles, cada uno está armado para la batalla contra ti, hija de Sión. (Jeremías 6, 23)

  • El grito de angustia de la hija de mi pueblo se escucha a todo lo largo del país. "¿Ya no está el Señor en Sión? ¿Su rey ya no está allí?". ¿Por qué me han irritado con sus ídolos, con sus divinidades extranjeras? (Jeremías 8, 19)

  • Sí, un lamento llega de Sión: ¡Ah, en qué desastre estamos! ¡Qué vergüenza nos cubre! ¡Tener que abandonar la patria y dejar nuestra casa! (Jeremías 9, 18)

  • ¿Has desechado del todo a Judá, sientes náuseas de Sión? ¿Por qué nos has herido sin esperanza de remedio? ¡Esperábamos paz, y nada bueno llega; el tiempo de curación, y he aquí el espanto! (Jeremías 14, 19)

  • "Miqueas de Morasti, que profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, dijo también a todo el pueblo de Judá: Esto dice el Señor todopoderoso: Sión será arada como un campo, Jerusalén se convertirá en un montón de piedras, y el monte del templo en una selva. (Jeremías 26, 18)

  • Sí, yo te devolveré la salud, yo curaré tus heridas -dice el Señor-, porque te han llamado la Abandonada, Sión, de quien nadie se cuida. (Jeremías 30, 17)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina