Encontrados 297 resultados para: animal muerto encontrado

  • El que toque en el campo un hombre muerto por la espada o un muerto cualquiera, o huesos humanos, quedará impuro durante siete días. (Números 19, 16)

  • uno que esté puro tomará el hisopo, lo mojará en agua y rociará la tienda, todos los muebles y todas las personas que estuvieran en ella y al que haya tocado huesos humanos, a un asesinado, a un muerto o un sepulcro. (Números 19, 18)

  • El pueblo se quejaba contra Moisés, diciendo: "¡Ojalá hubiéramos muerto como murieron nuestros hermanos delante del Señor! (Números 20, 3)

  • habían muerto para entonces 24.000. (Números 25, 9)

  • El israelita que había muerto junto con la madianita se llamaba Zimrí, hijo de Salú, y era jefe de una de las familias de Simeón. (Números 25, 14)

  • La mujer madianita que había muerto se llamaba Cozbí, hija de Sur, jefe de clan de una de las familias de Madián. (Números 25, 15)

  • Traemos, pues, como ofrenda al Señor los objetos de oro, brazaletes, cadenas, anillos, pendientes y collares que cada uno ha encontrado, para hacer el rito de absolución sobre nosotros delante del Señor". (Números 31, 50)

  • La región meridional de vuestra heredad empezará en el desierto de Sin, que confina con Edón. Vuestra frontera meridional, por la parte oriental, arrancará del extremo del mar Muerto. (Números 34, 3)

  • La frontera seguirá entonces el río Jordán hasta llegar al mar Muerto. Ésta será vuestra tierra y las fronteras que la rodearán". (Números 34, 12)

  • La Arabá y el Jordán servían de frontera desde Genesaret hasta el mar de la Arabá o el mar Muerto, al pie de las faldas del Pisga, que se alza al oriente. (Deuteronomio 3, 17)

  • Vosotros sois los hijos del Señor, vuestro Dios. No os haréis cortaduras ni os raparéis el pelo de la frente por un muerto. (Deuteronomio 14, 1)

  • No comeréis ningún animal muerto. Lo darás al extranjero residente o lo venderás al extranjero de fuera. Tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. (Deuteronomio 14, 21)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina