Encontrados 2117 resultados para: enemigos de israel

  • Toda la comunidad de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto (Exodo 16, 2)

  • Y el Señor dijo a Moisés: "Pasa delante del pueblo, toma contigo algunos ancianos de Israel, lleva en la mano el bastón con el que golpeaste el Nilo, y vete. (Exodo 17, 5)

  • Yo estaré delante de ti, allí, en la roca de Horeb. Tú golpearás la roca, que manará agua, y el pueblo beberá". Así lo hizo Moisés en presencia de los ancianos de Israel. (Exodo 17, 6)

  • Cuando Moisés tenía sus brazos alzados vencía Israel, y cuando los bajaba vencía Amalec. (Exodo 17, 11)

  • Jetró, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, oyó todo lo que había hecho Dios en favor de Moisés e Israel, su pueblo: cómo el Señor había sacado a Israel de Egipto. (Exodo 18, 1)

  • Moisés contó a su suegro todo lo que había hecho el Señor al Faraón y a los egipcios por amor a Israel, todos los contratiempos que habían tenido a lo largo del camino y cómo les había librado de ellos. (Exodo 18, 8)

  • Jetró se alegró de todo el bien que el Señor había hecho a Israel, salvándole de la mano de los egipcios, (Exodo 18, 9)

  • Ahora reconozco que el Señor es más fuerte que todos los dioses, porque ha castigado a los egipcios, que tiranizaban a Israel". (Exodo 18, 11)

  • Luego Jetró, suegro de Moisés, ofreció holocaustos y sacrificios al Señor. Y Aarón y todos los ancianos de Israel comieron con el suegro de Moisés en presencia del Señor. (Exodo 18, 12)

  • Moisés escogió de entre todo Israel hombres de valía y los puso al frente del pueblo como jefes de millar, de centena, de cincuentena y de decena. (Exodo 18, 25)

  • Partieron de Rafidín y llegaron al desierto de Sinaí, donde acamparon. Israel acampó frente a la montaña. (Exodo 19, 2)

  • Si obedeces su voz y haces cuanto yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios; (Exodo 23, 22)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina