Encontrados 110 resultados para: extranjeros

  • a no casar a nuestras hijas con extranjeros ni permitir que las extranjeras se casen con nuestros hijos; (Nehemías 10, 31)

  • Así que cuando oyeron la ley, excluyeron de Israel a todos los extranjeros. (Nehemías 13, 3)

  • Yo los reprendí, los maldije, hice azotar a algunos de ellos, les arranqué los cabellos y les hice jurar en el nombre de Dios: "No caséis a vuestras hijas con extranjeros, y vosotros y vuestros hijos no os caséis con extranjeras. (Nehemías 13, 25)

  • Y otra décima parte la repartía entre los huérfanos y las viudas y los prosélitos extranjeros que convivían con los israelitas. Se lo entregaba cada tres años, y lo comíamos conforme a lo mandado en la ley de Moisés y las exhortaciones de Débora, madre de Ananiel, nuestro abuelo, pues mi padre había muerto, dejándome huérfano. (Tobías 1, 8)

  • Apaciguado el tumulto de la asamblea, Holofernes, general jefe del ejército asirio, dijo a Ajior y a los hombres de Moab, ante la muchedumbre de extranjeros: (Judit 6, 1)

  • "Señor, Dios de mi padre Simeón, en cuyas manos pusiste la espada para castigar a aquellos extranjeros que desnudaron, violaron y deshonraron a una virgen, profanando su seno. Hicieron todo eso, aunque tú habías prohibido hacerlo. (Judit 9, 2)

  • Son todo oídos, me obedecen, los hijos de extranjeros forman mi corte; (Salmos 18, 45)

  • los hijos de extranjeros palidecen y abandonan temblando sus refugios. (Salmos 18, 46)

  • Por temor a ellos huyeron los habitantes de Jerusalén, que se convirtieron en una colonia de extranjeros. Sus hijos se sentían extranjeros en ella y llegaron a abandonarla. (I Macabeos 1, 38)

  • exclamó: "¡Ay de mí! ¿He nacido para ver la ruina de mi pueblo y de la ciudad santa, y quedarme impávido mientras es entregada en manos de sus enemigos y su templo en poder de los extranjeros? (I Macabeos 2, 7)

  • Jerusalén estaba despoblada como un desierto. Ninguno de sus hijos entraba o salía. El templo estaba profanado, extranjeros habitaban en la ciudadela, convertida en morada de gentiles. La alegría de Jacob ya no existía, ni la flauta ni la cítara se oían. (I Macabeos 3, 45)

  • Los extranjeros levantaron la mirada y, al ver que los judíos se dirigían contra ellos, (I Macabeos 4, 12)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina