Encontrados 231 resultados para: pecados

  • El altísimo no se complace en las ofrendas de los que practican la injusticia, ni por la multitud de los sacrificios perdona los pecados. (Eclesiástico 34, 19)

  • Así el hombre que ayuna por sus pecados y luego los vuelve a cometer; ¿quién escuchará su plegaria y qué provecho sacará de sus penitencias? (Eclesiástico 34, 26)

  • De mañana se vuelve al Señor, su creador, con todo su corazón, y delante del altísimo derrama su súplica; abre su boca en la oración y pide perdón de sus pecados. (Eclesiástico 39, 5)

  • El Señor perdonó sus pecados, exaltó para siempre su poder, le otorgó un pacto real y le dio un trono de gloria en Israel. (Eclesiástico 47, 11)

  • Y Jeroboán, hijo de Nabat, que hizo prevaricar a Israel y puso a Efraín en la senda del pecado; sus pecados se multiplicaron tanto, que fueron expulsados de su tierra. (Eclesiástico 47, 24)

  • A pesar de todo, el pueblo no se arrepintió ni se apartó de sus pecados, hasta que fueron expulsados de su país y dispersados por toda la tierra. (Eclesiástico 48, 15)

  • Y quedó reducido al más pequeño de los pueblos, con un príncipe de la casa de David. Algunos de ellos obraron el bien; otros multiplicaron los pecados. (Eclesiástico 48, 16)

  • Fuera de David, Ezequías y Josías, todos multiplicaron los pecados, porque abandonaron la ley del altísimo. Los reyes de Judá desaparecieron, (Eclesiástico 49, 4)

  • Venid, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; si fueren rojos cual la púrpura, se volverán como la lana. (Isaías 1, 18)

  • Su rostro descarado los delata; como Sodoma descubren sus pecados, no los ocultan. ¡Ay de ellos, que su propia desgracia están fraguando! (Isaías 3, 9)

  • Oh, sí, en salud se cambia mi amargura. Tú has salvado mi vida de la fosa vacía, te has echado a las espaldas todos mis pecados. (Isaías 38, 17)

  • Hablad al corazón de Jerusalén y gritadle que se ha cumplido su servicio, que está perdonado su pecado, que ha recibido de la mano del Señor el doble de castigo por todos sus pecados. (Isaías 40, 2)


“Quando Jesus vem a nós na santa comunhão, encontra alegria em Sua criatura. Por nossa parte, procuremos Nele a nossa alegria.” São Padre Pio de Pietrelcina