Encontrados 351 resultados para: persecución de Saúl

  • Samuel no volvió a ver a Saúl hasta el día de su muerte. Samuel lloraba por Saúl porque el Señor se había arrepentido de haber hecho a Saúl rey de Israel. (I Samuel 15, 35)

  • El Señor dijo a Samuel: "¿Hasta cuándo vas a estar llorando por Saúl, siendo así que yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu cuerno de aceite. Yo te envío a casa de Jesé, de Belén, porque me he elegido un rey entre sus hijos". (I Samuel 16, 1)

  • Samuel dijo: "¿Cómo voy a ir? Cuando se entere Saúl, me matará". El Señor le contestó: "Lleva contigo una ternera, y dirás: He venido a ofrecer un sacrificio al Señor. (I Samuel 16, 2)

  • El espíritu del Señor se había retirado de Saúl, y un espíritu maligno, enviado por el Señor, se apoderó de él. (I Samuel 16, 14)

  • Entonces los servidores de Saúl le dijeron: "Un espíritu maligno, enviado por Dios, se apodera de ti. (I Samuel 16, 15)

  • Saúl contestó a sus servidores: "Buscadme un hombre que toque bien y traédmelo". (I Samuel 16, 17)

  • Saúl envió mensajeros a decir a Jesé: "Mándame a tu hijo David, el que está con las ovejas". (I Samuel 16, 19)

  • Jesé tomó cinco panes, un odre de vino y un cabrito y se lo mandó a Saúl por medio de su hijo David. (I Samuel 16, 20)

  • David se presentó a Saúl y se puso a su servicio. Saúl le tomó mucho cariño y le hizo su escudero. (I Samuel 16, 21)

  • Saúl mandó decir a Jesé: "Te suplico que David se quede a mi servicio, porque me agrada mucho". (I Samuel 16, 22)

  • Y así, cuando el espíritu maligno asaltaba a Saúl, David tomaba la cítara y tocaba; entonces Saúl se calmaba, mejoraba y el espíritu maligno se alejaba de él. (I Samuel 16, 23)

  • Saúl y los israelitas se reunieron también, acamparon en el valle del Terebinto y se pusieron en orden de batalla frente a los filisteos. (I Samuel 17, 2)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina