Encontrados 117 resultados para: ruina

  • Todo lo que viene de la tierra, a la tierra vuelve; así los malvados, de la maldición van a la ruina. (Eclesiástico 41, 10)

  • Él se empeñó en preservar a su pueblo de la ruina, y fortificó la ciudad para caso de cerco. (Eclesiástico 50, 4)

  • Por esto digo: Retirad vuestros ojos de mí, dejad que llore amargamente; no tratéis de consolarme por la ruina de la hija de mi pueblo. (Isaías 22, 4)

  • Porque has convertido la ciudad en un montón de escombros, la villa fortificada en una ruina; la ciudadela de los orgullosos ya no es una ciudad, y no será jamás reconstruida. (Isaías 25, 2)

  • Pero un desastre te alcanzará, que no podrás conjurar; una calamidad caerá sobre ti, que no podrás evitar; la ruina te llegará de repente sin darte cuenta. (Isaías 47, 11)

  • Estas dos desgracias te han alcanzado -¿quién se lamentará por ti?-, saqueo y ruina, hambre y espada; ¿quién te consolará? (Isaías 51, 19)

  • Sus pies corren hacia el crimen y se apresuran a derramar sangre inocente; sus planes son criminales; sólo devastación y ruina por donde pasan. (Isaías 59, 7)

  • No se oirá hablar más de violencia en tu país, ni de opresión y ruina en tus confines; a tus muros llamarás salvación, a tus puertas alabanza. (Isaías 60, 18)

  • Pues cada vez que hablo tengo que gritar y proclamar: "¡Violencia y ruina!". La palabra del Señor es para mí oprobio y burla todo el día. (Jeremías 20, 8)

  • Y Juan, hijo de Carej, dijo en secreto a Godolías, en Mispá: "Yo iré y mataré a Ismael, hijo de Netanías, sin que nadie lo sepa. ¿Por qué te ha de matar? Significaría la dispersión de todos los judíos que están congregados en torno a ti, la ruina del resto de Judá". (Jeremías 40, 15)

  • por este día que llega para ruina de todos los filisteos, para exterminar a Tiro y a Sidón todos los aliados que les quedan; sí, el Señor extermina a los filisteos, restos de la isla de Caftor. (Jeremías 47, 4)

  • Gritos salen de Joronáyim: ¡Devastación! ¡Ruina inmensa! (Jeremías 48, 3)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina