Encontrados 50 resultados para: temas

  • No temas a este verdugo; hazte digno de tus hermanos y acepta la muerte, para que tengas parte en la misericordia con tus hermanos". (II Macabeos 7, 29)

  • ¿Has oído algo? Que muera contigo; no temas, que no te hará reventar. (Eclesiástico 19, 10)

  • Si has hablado contra él, no temas, pues es posible la reconciliación. Pero ultrajar, revelar secreto y golpe a traición son cosas que hacen huir al amigo. (Eclesiástico 22, 22)

  • No temas la sentencia de la muerte; acuérdate de los que te precedieron y de los que te seguirán. (Eclesiástico 41, 3)

  • y dile: Pon atención, estáte tranquilo, no temas, no desmaye tu corazón por causa de esos dos tizones humeantes; por el furor de Rasín, rey de Siria, y del hijo de Romelías, (Isaías 7, 4)

  • Por eso dice el Señor Dios omnipotente: No temas a Asiria, pueblo mío que habitas en Sión, cuando te hiere con la vara y alza el bastón contra ti, como lo hacía Egipto. (Isaías 10, 24)

  • no temas, porque yo estoy contigo; no te asustes, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerza, soy tu auxilio y te sostengo con mi diestra victoriosa. (Isaías 41, 10)

  • Pues yo, el Señor, tu Dios, te cojo de la diestra y te digo: No temas, que yo vengo a ayudarte. (Isaías 41, 13)

  • No temas, gusanillo de Jacob, larva insignificante de Israel; ya vengo yo en tu ayuda, dice el Señor: tu redentor es el Santo de Israel. (Isaías 41, 14)

  • Pero ahora esto dice el Señor, tu creador, Jacob, aquel que te formó, Israel: No temas, pues yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres. (Isaías 43, 1)

  • No temas, porque yo estoy contigo. Desde oriente haré venir a tu raza, y desde occidente te recogeré. (Isaías 43, 5)

  • Esto dice el Señor, el que te ha hecho, el que te formó desde el seno materno y te socorre: No temas, siervo mío Jacob, Israel a quien yo he elegido, (Isaías 44, 2)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina