25. Pero que, como el rey había conocido oportunamente sus intenciones, había ordenado por decreto que recayese sobre su cabeza el mal que pensaba hacerles a los judíos y lo había mandado ahorcar junto con sus hijos.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina