Salmos, 75
7. Pues, he aquí que viene, no del oriente ni del occidente, ni del desierto ni de las montañas,
7. Pues, he aquí que viene, no del oriente ni del occidente, ni del desierto ni de las montañas,
“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina