Gefunden 381 Ergebnisse für: Agua

  • En pie, clama en la noche, cuando comienza la ronda; derrama como agua tu corazón ante el rostro del Señor, alza tus manos hacia él por la vida de tus hijitos que desfallecen de hambre en la esquina de todas las calles. (Lamentaciones 2, 19)

  • Torrentes de agua derraman mis ojos por la ruina de la Hija de mi pueblo. (Lamentaciones 3, 48)

  • A precio de plata bebemos nuestra agua, nuestra leña nos llega por dinero. (Lamentaciones 5, 4)

  • De igual manera beberás racionada tu agua, una sexta parte de medida varias veces. (Ezequiel 4, 11)

  • Luego me dijo: "Mira, hijo de hombre, cómo dejo sin pan a Jerusalén. En su angustia comerán pan que les será contado, y en su temor beberán agua que les será racionada. (Ezequiel 4, 16)

  • Se debilitarán por falta de pan y de agua, y así perecerán a causa de sus pecados. (Ezequiel 4, 17)

  • "Hijo de hombre, vas a comer tu pan como si estuvieras temblando, y a beber tu agua como si estuvieras angustiado y anonadado. (Ezequiel 12, 18)

  • Y luego dirás a propósito de los señores de Jerusalén: Esta palabra de Yavé está destinada a los habitantes de Jerusalén, a todos los que están todavía en la tierra de Israel: Comerán su pan en medio de la angustia, beberán su agua en medio de su tristeza, porque su país será desolado, privado de sus riquezas a causa de la violencia de sus habitantes. (Ezequiel 12, 19)

  • Cuando naciste, el día en que viniste al mundo, no habían cortado tu cordón, ni te habían bañado en agua, ni frotado con sal, ni te habían envuelto en pañales. (Ezequiel 16, 4)

  • Te bañé con agua, lavé tu sangre y te perfumé con aceite. (Ezequiel 16, 9)

  • Luego tomó una plantita del lugar, la puso en un campo como si fuera un sauce, donde no faltara el agua. (Ezequiel 17, 5)

  • Pero llegó otra águila, grande, de anchas alas, de tupido plumaje, y la parra dirigió sus raíces y sus ramas hacia ella, esperando encontrar más agua que la que tenía en su tierra. (Ezequiel 17, 7)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina