Gefunden 129 Ergebnisse für: Galaad

  • Habitaban, asimismo, al oriente desde el río Eufrates hasta el borde del desierto, pues sus ganados se habían multiplicado en la tierra de Galaad. (1 Crónicas 5, 9)

  • En los días de Saúl hicieron guerra contra los agareos, que cayeron en sus manos; y habitaron en sus tiendas por toda la parte oriental de Galaad. (1 Crónicas 5, 10)

  • He aquí los hijos de Abigaíl, hijo de Jurí, hijo de Jaroaj, hijo de Galaad, hijo de Miguel, hijo de Jesisay, hijo de Yajó, hijo de Buz. (1 Crónicas 5, 14)

  • Habitaban en Galaad, en Basán y sus aldeas, y en todos los pastizales comunes de Sarón hasta sus confines. (1 Crónicas 5, 16)

  • De la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus pastizales, Majanaim con sus pastizales, (1 Crónicas 6, 65)

  • Hijos de Manasés: Asriel, que le dio a luz su concubina aramea. Esta le dio también a luz a Maquir, padre de Galaad. (1 Crónicas 7, 14)

  • Hijos de Ulam: Bedan. Estos son los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés. (1 Crónicas 7, 17)

  • Todos los habitantes de Jabés de Galaad supieron lo que los filisteos habían hecho con Saúl, (1 Crónicas 10, 11)

  • El jefe de los hebronitas era Jería, según la genealogía paterna de los hebronitas. Se hicieron investigaciones al respecto en el año cuarenta del reinado de David y se hallaron entre ellos hombres valerosos que habían estado en Yaser de Galaad. (1 Crónicas 26, 31)

  • De la media tribu de Manasés, en Galaad, era el jefe Jidon, hijo de Zacarías. De la tribu de Benjamín, Jasiel, hijo de Abner. (1 Crónicas 27, 21)

  • y al cabo de algunos años, bajó a visitarlo a Samaria. Ajab sacrificó gran número de ovejas y bueyes para él y para la gente que lo acompañaba; luego le persuadió que lo acompañara para ir contra Ramot de Galaad. (2 Crónicas 18, 2)

  • Ajab, rey de Israel, dijo a Josafat, rey de Judá: «¿Quieres marchar conmigo contra Ramot de Galaad?» Le contestó: «Somos uno solo yo y tú. Tanto mi pueblo como el tuyo estaremos contigo en la batalla.» (2 Crónicas 18, 3)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina