Gefunden 67 Ergebnisse für: Jericó

  • Pero alguien le dijo al rey de Jericó: «Unos israelitas han entrado aquí esta noche para espiarnos.» (Josué 2, 2)

  • Entonces el rey de Jericó mandó a decir a Rahab: «Expulsa a esos hombres que están en tu casa, porque vinieron a observar el país.» (Josué 2, 3)

  • las aguas que venían de arriba se cortaron. Se detuvieron las aguas, formando como una represa, muy lejos de aquel lugar, junto a Adam, la ciudad vecina de Sartán. Las aguas que bajaban al mar Muerto fueron bajando hasta detenerse, y así el pueblo pudo atravesar frente a Jericó. (Josué 3, 16)

  • Eran unos cuarenta mil hombres, bien armados, y marchaban delante de Yavé para combatir, dirigiéndose a las llanuras de Jericó. (Josué 4, 13)

  • Fue el décimo día del mes primero cuando el pueblo subió del Jordán, y fijaron su campamento en Guilgal, a la extremidad este de Jericó. (Josué 4, 19)

  • Los israelitas acamparon en Guilgal, donde celebraron la Pascua el día catorce del mes, al atardecer, en la llanura de Jericó. (Josué 5, 10)

  • Mientras Josué estaba cerca de Jericó, levantó los ojos y vio delante de sí a un hombre con una espada desenvainada en la mano. Se dirigió a él y le dijo: «¿Eres tú de los nuestros o de los enemigos?» (Josué 5, 13)

  • Los habitantes de Jericó habían cerrado la ciudad y puesto sus cerrojos para que no entraran los israelitas: nadie entraba ni salía. (Josué 6, 1)

  • Al séptimo día los israelitas se levantaron de madrugada y dieron la vuelta en torno a Jericó según el mismo rito que los días anteriores, pero, ese día, lo hicieron siete veces. (Josué 6, 15)

  • Se apoderaron de Jericó. Y espada en mano mataron a todos los hombres y mujeres, jóvenes y viejos; incluso a los bueyes, ovejas y burros, y los entregaron como anatema, o sea, los sacrificaron a Dios. (Josué 6, 21)

  • (Dos hombres habían sido enviados por Josué para explorar Jericó y, al entrar en ella, una prostituta los había escondido.) Entonces Josué les dijo: «Entren en la casa de la prostituta y sáquenla fuera con toda su familia, como se lo habían jurado.» (Josué 6, 22)

  • Josué pidió al pueblo que repitiera esta maldición: «Que Yavé maldiga al que reconstruya Jericó. Que los cimientos se levanten sobre el cuerpo de su hijo mayor, y las puertas sobre el de su hijo menor.» (Josué 6, 26)


“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina