Gefunden 67 Ergebnisse für: Jericó

  • David supo lo que les había pasado y envió gente a su encuentro ya que venían muy avergonzados. El rey dijo: «Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, y después vuelvan.» (1 Crónicas 19, 5)

  • Se levantaron los hombres antes mencionados, reanimaron a los prisioneros y vistieron con prendas tomadas del botín a todos los que estaban desnudos, dándoles además calzado. Les dieron de comer y beber y los lavaron; transportando en burros a todos los que estaban más débiles, los llevaron a la frontera de su patria, a Jericó, ciudad de las Palmeras, y luego se volvieron a Samaria. (2 Crónicas 28, 15)

  • los de Jericó, 345; (Esdras 2, 34)

  • Al lado de ellos trabajaron los de Jericó, y más allá Zacur, hijo de Emrí. (Nehemías 3, 2)

  • los hombres de Jericó, 345; (Nehemías 7, 36)

  • Entonces avisaron a toda la región de Samaria, a Komá, Bet-Jorán, Belmain, Jericó, Joba, Esorá y el valle de Salem. (Judit 4, 4)

  • Báquides volvió a Jerusalén. Empezó a construir ciudades fortificadas en Judea, las fortalezas de Jericó, Emaús, Betorón, Betel, Tamnata, Faratón y Tefón, con altas murallas y puertas con cerrojos, (1 Macabeos 9, 50)

  • Tolomeo, hijo de Abubos, era general con mando en la llanura de Jericó. Tenía mucha plata y oro (1 Macabeos 16, 11)

  • Simón estaba recorriendo las ciudades de Judea para enterarse de su administración. El undécimo mes, llamado Sabat, del año ciento setenta y siete, llegó a Jericó con sus dos hijos, Matatías y Judas. (1 Macabeos 16, 14)

  • Los hombres de Judas, después de invocar al gran Soberano del mundo, que sin máquinas de guerra había derribado los muros de Jericó en tiempo de Josué, se lanzaron ferozmente contra los muros. (2 Macabeos 12, 15)

  • Crecí como las palmeras de Engadi, como los adelfales de Jericó, como un magnífico olivo en la llanura. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 14)

  • Pero las tropas de los caldeos salieron en su persecución y alcanzaron a Sedecías en los llanos de Jericó, lo tomaron preso y lo llevaron a la presencia de Nabucodonosor, que estaba en Ribla, en tierra de Jamat, el cual lo sometió a juicio. (Jeremías 39, 5)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina