Gefunden 454 Ergebnisse für: Ojos

  • Dios mío, inclina tus oídos y escucha. Abre tus ojos y mira cómo está arruinada la ciudad sobre la cual ha sido pronunciado tu Nombre. No nos apoyamos en nuestras buenas obras, sino que derramamos nuestras súplicas ante ti, confiados en tu gran misericordia (Daniel 9, 18)

  • levanté los ojos y vi esto: un hombre vestido de tela de hilo con cinturón de oro puro. (Daniel 10, 5)

  • Su cuerpo era como de crisólito, su rostro era como el brillo del relámpago, sus ojos como antorchas encendidas, sus brazos y piernas brillantes como bronce pulido, y el rumor de sus palabras como el rumor de una multitud (Daniel 10, 6)

  • Ella levantó llorando los ojos al cielo, porque su corazón tenía puesta su confianza en el Señor (Daniel 13, 35)

  • Y desde aquel día en adelante, Daniel fue grande a los ojos del pueblo. (Daniel 13, 64)

  • El Señor puso ante mis ojos un canasto con frutas maduras, (Amós 8, 1)

  • cuando vayan cautivos, arreados por sus enemigos, daré orden a la espada para que los degüelle. Tendré mis ojos puestos en ellos, no para ayudarlos sino para castigarlos. (Amós 9, 4)

  • Mi enemiga, al verlo se sentirá avergonzada, pues decía: ¿Dónde se metió tu Dios? Mis ojos se recrearán viendo cómo es pisoteada, igual que el barro de las calles. (Miqueas 7, 10)

  • ¿Por qué me obligas a ver la injusticia? ¿Acaso tus ojos soportan la opresión? Sólo observo robos y atropello y no hay más que querellas y altercados. (Habacuc 1, 3)

  • Tus ojos son puros y no soportas el mal y ni puedes ver la opresión. ¿Por qué, entonces, miras a los traidores y observas en silencio cómo el malvado se traga a otro más bueno que él? (Habacuc 1, 13)

  • Yavé presentó ante mis ojos a Josué, el gran sacerdote. Estaba éste frente al ángel de Yavé, y tenía a su derecha a Satán, que lo estaba acusando. (Zacarías 3, 1)

  • «Esto te manda decir Yavé: Si andas por mis caminos y respetas mis disposiciones, tú mismo gobernarás mi Casa y cuidarás de sus patios. Yo dejaré que formes parte de los que están aquí presentes. (9a) Pues pongo ahora delante de Josué una piedra que reluce como si tuviera siete ojos y yo mismo escribo en ella la inscripción.» (Zacarías 3, 7)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina