Gefunden 118 Ergebnisse für: �Escuchen

  • Por eso, escuchen la palabra del Señor, ustedes, gente burlona, dominadores de este pueblo que está en Jerusalén. (Isaías 28, 14)

  • ¡Presten oído y escuchen mi voz, estén atentos y oigan mi palabra! (Isaías 28, 23)

  • ¡De pie, mujeres indolentes, escuchen mi voz! ¡Presten oído a mi palabra, mujeres demasiado confiadas! (Isaías 32, 9)

  • Los que están lejos, escuchen lo que hice; los que están cerca, reconozcan mi poder". (Isaías 33, 13)

  • Entonces el copero mayor, puesto de pie, gritó bien fuerte en hebreo: "Escuchen las palabras del gran rey, el rey de Asiria: (Isaías 36, 13)

  • Escuchen esto, casa de Jacob, ustedes, que se llaman con el nombre de Israel y salieron de las aguas de Judá; ustedes, que juran por el nombre del Señor e invocan al Dios de Israel, pero sin lealtad ni justicia. (Isaías 48, 1)

  • Reúnanse todos y escuchen: ¿Quién entre ustedes anunció estas cosas? Aquel a quien ama el Señor cumplirá su voluntad sobre Babilonia y sobre la raza de los caldeos. (Isaías 48, 14)

  • ¡Acérquense a mí, escuchen esto: Desde el comienzo, nunca hablé en lo secreto, desde que esto sucede, yo estoy allí! -Ahora me han enviado el Señor y su espíritu-. (Isaías 48, 16)

  • Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. (Isaías 55, 3)

  • ¡Escuchen la palabra del Señor, ustedes que se estremecen ante su palabra! Dicen sus hermanos, los que tienen odio contra ustedes y los rechazan a causa de mi Nombre: "Que el Señor manifieste su gloria, así veremos la alegría de ustedes". Pero son ellos los que se avergonzarán. (Isaías 66, 5)

  • ¡Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel! (Jeremías 2, 4)

  • Escuchen bien esto, pueblo estúpido y sin inteligencia: ellos tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen. (Jeremías 5, 21)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina