Gefunden 3037 Ergebnisse für: Ana

  • Al ver que no podía dar hijos a Jacob, Raquel tuvo envidia de su hermana, y dijo a su marido: "Dame hijos, porque si no, me muero". (Génesis 30, 1)

  • Ella añadió: "Aquí tienes a mi esclava Bilhá. Únete a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas. Por medio de ella, también yo voy a tener hijos". (Génesis 30, 3)

  • Entonces Raquel dijo: "Sostuve con mi hermana una lucha muy grande, pero al fin he vencido". Y lo llamó Neftalí. (Génesis 30, 8)

  • Entonces Jacob añadió: "Tú sabes bien cómo te he servido, y cómo prosperó tu hacienda gracias a mis cuidados. (Génesis 30, 29)

  • Y más adelante, cuando tú mismo vengas a verificar mis ganancias, mi honradez responderá por mí: si llego a tener en mi poder alguna cabra que no sea manchada o moteada, o alguna oveja que no sea negra, eso será un robo que yo he cometido". (Génesis 30, 33)

  • De esta manera Jacob se hizo extremadamente rico, y llegó a tener una gran cantidad de ganado, de esclavos, esclavas, camellos y asnos. (Génesis 30, 43)

  • Así Dios lo despojó de su ganado y me lo dio a mí. (Génesis 31, 9)

  • ¿Acaso no nos ha tratado como a extrañas? No sólo nos ha vendido, sino que además se ha gastado el dinero que recibió por nosotras. (Génesis 31, 15)

  • y se llevó todo su ganado y todos sus bienes -el ganado de su propiedad, que había adquirido en Padán Arám- para ir a la tierra de Canaán, donde se encontraba Isaac, su padre. (Génesis 31, 18)

  • Así escapó Jacob con todo lo que tenía, y apenas estuvo al otro lado del Éufrates, se dirigió hacia la montaña de Galaad. (Génesis 31, 21)

  • Labán reunió a sus parientes y lo persiguió durante siete días, hasta que al fin lo alcanzó en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 23)

  • Cuando Labán alcanzó a Jacob, este había instalado su campamento en la montaña. Labán, por su parte, acampó en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 25)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina