Gefunden 189 Ergebnisse für: Dinero Sagrado

  • Ese tributo sagrado estará distribuido de la siguiente manera: a los sacerdotes les corresponderá una extensión de doce mil quinientos metros de largo por el norte, de cinco mil metros de ancho por el oeste, de cinco mil metros de ancho por el este, y de doce mil quinientos metros de largo por el sur. El Santuario del Señor estará en el medio. (Ezequiel 48, 10)

  • Así habla el Señor: Por tres crímenes de Israel, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque ellos venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; (Amós 2, 6)

  • compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo". (Amós 8, 6)

  • Porque el Señor sale de su Lugar sagrado, desciende y camina sobre las alturas de la tierra. (Miqueas 1, 3)

  • Sus jueces juzgan por regalos, sus sacerdotes instruyen por un sueldo, sus profetas adivinan por dinero, y todavía se apoyan en el Señor, diciendo: "¿No está el Señor en medio de nosotros? ¡No nos puede pasar nada malo!". (Miqueas 3, 11)

  • Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. (Mateo 6, 24)

  • ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? (Mateo 23, 17)

  • pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. (Mateo 25, 18)

  • tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. (Mateo 25, 27)

  • Se hubiera podido vender el perfume a buen precio para repartir el dinero entre los pobres». (Mateo 26, 9)

  • Los sumos sacerdotes, juntando el dinero, dijeron: «No está permitido ponerlo en el tesoro, porque es precio de sangre». (Mateo 27, 6)

  • Con el dinero se compró el «Campo del alfarero», como el Señor me lo había ordenado. (Mateo 27, 10)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina