Gefunden 922 Ergebnisse für: Encuentro de hermanos

  • Y si sus dueños son creyentes, que no los respeten menos por el hecho de ser hermanos. Al contrario, que pongan mayor empeño en servirlos, porque así benefician a hermanos queridos en la fe. Enseña todo esto, e insiste en ello. (I Timoteo 6, 2)

  • Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. (II Timoteo 4, 21)

  • Cuando te mande a Artemás o a Tíquico, trata de ir a mi encuentro en Nicópolis, porque es allí donde he decidido pasar el invierno. (Tito 3, 12)

  • Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, él no se avergüenza de llamarlos hermanos, (Hebreos 2, 11)

  • cuando dice: Yo anunciaré tu Nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea. (Hebreos 2, 12)

  • En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. (Hebreos 2, 17)

  • Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y participan de un mismo llamado celestial, piensen en Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos. (Hebreos 3, 1)

  • Tengan cuidado, hermanos, no sea que alguno de ustedes tenga un corazón tan malo que se aparte del Dios viviente por su incredulidad. (Hebreos 3, 12)

  • Queridos hermanos, aunque nos hayamos expresado de este modo, estamos convencidos de que ustedes se encuentran en la condición mejor, la que conduce a la salvación. (Hebreos 6, 9)

  • Este Melquisedec, que era rey de Salém, sacerdote de Dios, el Altísimo, salió al encuentro de Abraham cuando este volvía de derrotar a los reyes y lo bendijo; (Hebreos 7, 1)

  • A los descendientes de Leví que reciben el sacerdocio, la Ley les manda percibir el diezmo del pueblo, esto es, de sus propios hermanos, que sin embargo pertenecen como ellos a la descendencia de Abraham. (Hebreos 7, 5)

  • porque, en cierto sentido, Leví ya estaba en el cuerpo de su padre Abraham cuando Melquisedec le salió al encuentro. (Hebreos 7, 10)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina