Gefunden 170 Ergebnisse für: Escucha

  • Inclina tu oído, Dios mío, y escucha; abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad que es llamada con tu Nombre, porque no presentamos nuestras súplicas delante de ti a causa de nuestros actos de justicia, sino a causa de tu gran misericordia. (Daniel 9, 18)

  • ¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, presta atención y obra! ¡No tardes más, a causa de ti, Dios mío, porque tu Ciudad y tu pueblo son llamados con tu Nombre!". (Daniel 9, 19)

  • Y Ahora, escucha la palabra del Señor. Tu dices: ‘No profetices contra Israel, no vaticines contra la casa de Isaac’. (Amós 7, 16)

  • Escucha, Josué, Sumo Sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti -porque estos hombres son un presagio-: Yo suscitaré a mi servidor "Germen". (Zacarías 3, 8)

  • Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. (Mateo 7, 24)

  • Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. (Mateo 7, 26)

  • El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. (Mateo 13, 22)

  • Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno». (Mateo 13, 23)

  • Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. (Mateo 18, 15)

  • Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. (Mateo 18, 16)

  • Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos». (Marcos 6, 11)

  • Jesús respondió: «El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; (Marcos 12, 29)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina