Gefunden 299 Ergebnisse für: Habitantes

  • ¡Que alcen la voz el desierto y sus ciudades, los poblados donde habita Quedar! ¡Griten de alegría los habitantes de la Roca, aclamen desde la cumbre de las montañas! (Isaías 42, 11)

  • Porque tus ruinas, tus escombros y tu país destruido resultarán estrechos para tus habitantes, y estarán lejos los que te devoraban. (Isaías 49, 19)

  • ¡Levanten sus ojos hacia el cielo y miren abajo, a la tierra! Sí, el cielo se disipará como el humo, la tierra se gastará como un vestido y sus habitantes morirán como insectos. Pero mi salvación permanecerá para siempre y mi justicia no sucumbirá. (Isaías 51, 6)

  • Entonces el Señor me dijo: "Del Norte se desencadenará la desgracia contra todos los habitantes del país. (Jeremías 1, 14)

  • Los cachorros de león rugen contra él, hacen oír sus bramidos, han hecho de su país una desolación, sus ciudades son incendiadas, se quedan sin habitantes. (Jeremías 2, 15)

  • Circuncídense para el Señor y quiten el prepucio de sus corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que mi furor estalle como un fuego y queme, sin que nadie lo extinga, a causa de sus malas acciones. (Jeremías 4, 4)

  • Sus casas pasarán a manos de otros, lo mismo que los campos y las mujeres, porque yo extenderé mi mano contra los habitantes del país -oráculo del Señor-. (Jeremías 6, 12)

  • En aquel tiempo -oráculo del Señor- sacarán de sus tumbas los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 8, 1)

  • Porque así habla el Señor: Esta vez lanzaré como una honda a todos los habitantes del país; estrecharé el cerco sobre ellos, para que sean alcanzados. (Jeremías 10, 18)

  • Habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén, (Jeremías 11, 2)

  • El Señor me dijo: Se han conjurado los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 11, 9)

  • Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a gritar a los dioses a los que quemaron incienso, pero ellos no podrán salvarlos en el tiempo de su desgracia. (Jeremías 11, 12)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina