Gefunden 58 Ergebnisse für: Maldición

  • su cadáver no quedará en el árbol durante la noche, sino que lo enterrarás ese mismo día, porque el que está colgado de un árbol es una maldición de Dios. Y tú no mancharás el suelo que el Señor, tu Dios, te da como herencia. (Deuteronomio 21, 23)

  • Pero el Señor, tu Dios, no quiso escuchar a Balaam, sino que cambió la maldición en bendición, porque él te ama. (Deuteronomio 23, 6)

  • y las tribus de Rubén, Gad y Aser, Zabulón, Dan y Neftalí estarán en el monte Ebal, para proclamar la maldición. (Deuteronomio 27, 13)

  • El Señor enviará contra ti la maldición, el pánico y el fracaso sobre todas tus empresas, hasta que seas exterminado y desaparezcas rápidamente, a causa de tu mal proceder, por haberme abandonado. (Deuteronomio 28, 20)

  • Cuando te sucedan todas estas cosas -la bendición y la maldición que he puesto delante de ti- si las meditas en tu corazón en medio de las naciones donde el Señor, tu Dios, te habrá arrojado, (Deuteronomio 30, 1)

  • Hoy tomo por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra: yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, y vivirás, tú y tus descendientes, (Deuteronomio 30, 19)

  • Después de eso, Josué leyó cada una de las palabras de la Ley -la bendición y la maldición- exactamente como está escrito en el libro de la Ley. (Josué 8, 34)

  • Ahora pesa sobre ustedes una maldición, y por eso nunca faltarán entre ustedes esclavos, que sirvan como leñadores y aguateros en la Casa de mi Dios". (Josué 9, 23)

  • Y también hizo que toda la maldad de la gente de Siquém recayera sobre ellos mismos. Así se cumplió la maldición que Jotám, hijo de Ierubaal, había pronunciado contra ellos. (Jueces 9, 57)

  • Quizá el Señor mire mi humillación y me devuelva la felicidad, a cambio de esta maldición que hoy recibo de él". (II Samuel 16, 12)

  • Porque tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante del Señor al oír lo que dije contra este lugar y contra sus habitantes, a saber, que se convertirán en una devastación y en una maldición; porque has rasgado tus vestiduras y has llorado delante de mí, también yo he escuchado -oráculo del Señor-. (II Reyes 22, 19)

  • porque no acogieron a los israelitas con pan y agua, sino que contrataron contra ellos a Balaám para que los maldijera, pero nuestro Dios cambió la maldición en bendición". (Nehemías 13, 2)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina