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  • Pero ten cuidado: no olvides al Señor, tu Dios, ni dejes de observar sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, que yo te prescribo hoy. (Deuteronomio 8, 11)

  • no te vuelvas arrogante, ni olvides al Señor, tu Dios, que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud, (Deuteronomio 8, 14)

  • y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones. No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, (Deuteronomio 8, 15)

  • Acuérdate de esto, no lo olvides: has irritado en el desierto al Señor, tu Dios. Desde el día en que salieron de Egipto hasta que llegaron a este lugar, ustedes han sido rebeldes al Señor. (Deuteronomio 9, 7)

  • No olvides al levita que vive en tus ciudades, ya que él no tiene posesión ni herencia contigo. (Deuteronomio 14, 27)

  • Por eso, cuando el Señor, tu Dios, te libre definitivamente de todos los enemigos que están a tu alrededor, en la tierra que él te dará en herencia, borrarás de todas partes el recuerdo de Amalec. ¡No lo olvides! (Deuteronomio 25, 19)

  • Por todo esto, ¡acuérdate de mí, Dios mío, y no olvides las obras de piedad que realicé por la Casa de mi Dios y por su culto! (Nehemías 13, 14)

  • ¡Levántate, Señor Dios, alza tu mano, no te olvides de los pobres! (Salmos 10, 12)

  • no entregues a los buitres la vida de tu Paloma ni te olvides para siempre de los pobres. (Salmos 74, 19)

  • No olvides los gritos de tus adversarios, porque crece el tumulto de los que se alzan contra ti. (Salmos 74, 23)

  • bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. (Salmos 103, 2)

  • Hijo mío, no olvides mi enseñanza, y que tu corazón observe mis mandamientos, (Proverbios 3, 1)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina