Gefunden 63 Ergebnisse für: Pascua

  • Pero si una persona que es pura y no está de viaje, deja de celebrar la Pascua, será excluida de su pueblo, por no haber presentado la ofrenda del Señor en el tiempo establecido: ese hombre cargará con su pecado. (Números 9, 13)

  • Y si algún extranjero reside entre ustedes podrá celebrar la Pascua del Señor; lo hará conforme a las prescripciones del ritual. Las mismas prescripciones valdrán para todos ustedes, sean extranjeros o nativos del país. (Números 9, 14)

  • El día catorce del primer mes será la Pascua del Señor, (Números 28, 16)

  • El día quince del primer mes -el día siguiente a la Pascua- los israelitas partieron de Ramsés. Salieron triunfalmente, a la vista de todo Egipto, (Números 33, 3)

  • Solemniza el mes de Abib celebrando en él la Pascua en honor del Señor, tu Dios, porque una noche del mes de Abib él te hizo salir de Egipto. (Deuteronomio 16, 1)

  • Los israelitas acamparon en Guilgal, y el catorce del mes, por la tarde, celebraron la Pascua en la llanura de Jericó. (Josué 5, 10)

  • Al día siguiente de la Pascua, comieron de los productos del país -pan sin levadura y granos tostados- ese mismo día. (Josué 5, 11)

  • El rey dio esta orden a todo el pueblo: "Celebren una Pascua en honor del Señor, su Dios, como está escrito en este libro de la Alianza". (II Reyes 23, 21)

  • Porque no se había celebrado una Pascua como aquella desde el tiempo en que los Jueces habían gobernado a Israel, ni durante todo el tiempo de los reyes de Israel y de Judá. (II Reyes 23, 22)

  • Fue en el año decimoctavo del rey Josías cuando se celebró esta Pascua en honor del Señor, en Jerusalén. (II Reyes 23, 23)

  • Entonces Ezequías dio órdenes a todo Israel y Judá, y también escribió cartas a Efraím y a Manasés para que acudieran a la casa del Señor, en Jerusalén, a celebrar la Pascua en honor del Señor, el Dios de Israel. (II Crónicas 30, 1)

  • El rey, sus jefes y toda la asamblea de Jerusalén se pusieron de acuerdo para celebrar esta Pascua en el segundo mes, (II Crónicas 30, 2)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina