Gefunden 86 Ergebnisse für: Siclos

  • Joab replicó al hombre que le dio la noticia: "Y si lo viste, ¿por qué no lo dejaste tendido allí mismo? ¡Yo ahora te hubiera dado diez siclos de plata y un cinturón!". (II Samuel 18, 11)

  • Pero el hombre dijo a Joab: "Aunque pudiera pesar en la palma de mi mano mil siclos de plata, no atentaría contra el hijo del rey. Porque en presencia nuestra el rey les impartió esta orden, a ti, a Abisai y a Itai: ‘¡Cuídenme bien al joven Absalón!’. (II Samuel 18, 12)

  • e Isbó Benob, uno de los descendientes de Rafá, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce y que llevaba ceñida una espada nueva, amenazó con matar a David. (II Samuel 21, 16)

  • Pero el rey dijo a Arauná: "¡De ninguna manera! La compraré por su debido precio; no voy a ofrecer al Señor, mi Dios, holocaustos que no cuestan nada". Y David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. (II Samuel 24, 24)

  • El rey Salomón hizo doscientos grandes escudos de oro trabajado a martillo, empleando para cada uno seiscientos siclos de oro, (I Reyes 10, 16)

  • Cada carro importado de Musrí costaba seiscientos siclos de plata; cada caballo, ciento cincuenta. En las mismas condiciones, por medio de esos agentes, se exportaban para todos los reyes hititas y para los reyes de Arám. (I Reyes 10, 29)

  • El rey de Arám respondió: "Está bien, ve, y yo enviaré una carta al rey de Israel". Naamán partió llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez trajes de gala, (II Reyes 5, 5)

  • Hubo entonces mucha hambre en Samaría, y el asedio era tan duro que una cabeza de asno valía ochenta siclos de plata, y unos puñados de estiércol de paloma, cinco siclos de plata. (II Reyes 6, 25)

  • Menajém recaudó esa plata entre toda la gente rica de Israel, a razón de cincuenta siclos de plata por persona, para entregarla al rey de Asiria. Así el rey de Asiria se retiró, y no se quedó allí, en el país. (II Reyes 15, 20)

  • Así David entregó a Ornán por ese terreno la suma de seiscientos siclos de oro. (I Crónicas 21, 25)

  • Cada carro importado de Musrí costaba seiscientos siclos de plata; cada caballo ciento cincuenta. En las mismas condiciones, por medio de esos agentes, se exportaban para todos los reyes hititas y para los reyes de Arám. (II Crónicas 1, 17)

  • El peso de los clavos era de cincuenta siclos de oro, y recubrió de oro el artesonado. (II Crónicas 3, 9)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina