Gefunden 275 Ergebnisse für: comer maná

  • Sólo podrán comer de ella los varones de la familia sacerdotal: es una cosa santísima. (Levítico 6, 22)

  • En cambio, no se podrá comer ninguna víctima cuya sangre haya sido introducida en la Carpa del Encuentro para practicar el rito de expiación en el Santuario, sino que deberá ser consumida por el fuego. (Levítico 6, 23)

  • Sólo podrán comer de ella los varones de la familia sacerdotal, y tendrá que ser comida en el recinto sagrado: es una cosa santísima. (Levítico 7, 6)

  • En cambio, si el sacrificio se ofrece en cumplimiento de un voto o espontáneamente, la víctima deberá ser comida el mismo día en que se ofrezca el sacrificio, pero lo que sobre se podrá comer al día siguiente. (Levítico 7, 16)

  • No se podrá comer la carne que haya tocado algo impuro, sino que deberá ser consumida por el fuego. Solamente una persona pura podrá comer la carne de ese sacrificio. (Levítico 7, 19)

  • Hablen en estos términos a los israelitas: Ustedes podrán comer cualquier animal terrestre (Levítico 11, 2)

  • Pero se abstendrán de comer los siguientes animales, a pesar de que tienen la pezuña partida o son rumiantes: el camello, (Levítico 11, 4)

  • Entre los animales que viven en el agua, ya sea en el mar o en los ríos, ustedes podrán comer aquellos que tienen aletas y escamas. (Levítico 11, 9)

  • También deberán considerar inmundas -y por lo tanto, no las podrán comer- a las siguientes aves: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina, (Levítico 11, 13)

  • Pero podrán comer, entre los animales de esta clase, todos aquellos que tienen más largas las patas de atrás, y por eso pueden saltar sobre el suelo, (Levítico 11, 21)

  • Si muere un animal que ustedes pueden comer, el que toque el cadáver será impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 39)

  • Así se establecerá una distinción entre lo puro y lo impuro, y entre los seres vivientes que está permitido comer y los que no pueden ser comidos. (Levítico 11, 47)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina