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Y el Señor dijo a los israelitas: "Cuando los oprimieron los egipcios, los amorreos, los amonitas, los filisteos, (Jueces 10, 11)
Luego envió mensajeros a Sijón, el rey de los amorreos que reinaba en Jesbón, y le dijo: ‘Por favor, déjame pasar por tu país hasta llegar a mi destino’. (Jueces 11, 19)
El Señor, el Dios de Israel, entregó en manos de los israelitas a Sijón con todas sus tropas. Israel los derrotó y ocupó todo el país de los amorreos que habitaban en esa región. (Jueces 11, 21)
Así ocuparon todo el territorio de los amorreos, desde el Arnón hasta el Iaboc y desde el desierto hasta el Jordán. (Jueces 11, 22)
Y ahora que el Señor, el Dios de Israel, ha desposeído a los amorreos delante de su pueblo Israel, ¿lo vas a desposeer tú a él? (Jueces 11, 23)
Jefté los derrotó, desde Aroer hasta cerca de Minit -eran en total veinte ciudades- y hasta Abel Queramím. Les infligió una gran derrota, y así los amonitas quedaron sometidos a los israelitas. (Jueces 11, 33)
Los filisteos libraron batalla. Israel fue derrotado y cada uno huyó a sus campamentos. La derrota fue muy grande, y cayeron entre los israelitas treinta mil hombres de a pie. (I Samuel 4, 10)
Las ciudades que los filisteos habían tomado a Israel fueron reconquistadas, desde Ecrón hasta Gat, e Israel libró su territorio del poder de los filisteos. También hubo paz entre Israel y los amorreos. (I Samuel 7, 14)
Si hoy la tropa hubiera comido del botín arrebatado al enemigo, ¡cuánto mayor habría sido la derrota de los filisteos!". (I Samuel 14, 30)
Una vez que Saúl asumió el poder real sobre Israel, hizo la guerra a todos sus enemigos de alrededor: a Moab, a los amonitas, a Edóm, a los reyes de Sobá y a los filisteos. Dondequiera que iba, salía victorioso. (I Samuel 14, 47)
Ahora ve y derrota a Amalec. Conságralo al exterminio con todo lo que posee y no lo perdones, mata a hombres y mujeres, niños y pequeños, vacas y ovejas, camellos y asnos". (I Samuel 15, 3)
Si él es capaz de combatir conmigo y me derrota, seremos esclavos de ustedes. Pero si yo puedo más que él y lo derroto, ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán". (I Samuel 17, 9)