Gefunden 1266 Ergebnisse für: muerte de Moisés

  • Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la ley. (I Corintios 15, 56)

  • Soportamos en nuestra propia carne una sentencia de muerte, y así aprendimos a no poner nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos. (II Corintios 1, 9)

  • para estos, aroma de muerte, que conduce a la muerte; para aquellos, aroma de vida, que conduce a la Vida. ¿Y quién es capaz de cumplir semejante tarea? (II Corintios 2, 16)

  • Ahora bien, si el ministerio que lleva a la muerte -grabado sobre piedras- fue inaugurado con tanta gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el resplandor -aunque pasajero- de ese rostro, (II Corintios 3, 7)

  • y no como Moisés, que se cubría el rostro con un velo para impedir que los israelitas vieran el fin de un esplendor pasajero. (II Corintios 3, 13)

  • Sí, hasta el día de hoy aquel velo les cubre la inteligencia siempre que leen a Moisés. (II Corintios 3, 15)

  • Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. (II Corintios 4, 10)

  • Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. (II Corintios 4, 11)

  • De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida. (II Corintios 4, 12)

  • No digo esto para condenarlos: como ya les dije, ustedes están en mi corazón, unidos en la vida y en la muerte. (II Corintios 7, 3)

  • Esa tristeza produce un arrepentimiento que lleva a la salvación y no se debe lamentar; en cambio, la tristeza del mundo produce la muerte. (II Corintios 7, 10)

  • ¿Son ministros de Cristo? Vuelvo a hablar como un necio: yo lo soy más que ellos. Mucho más por los trabajos, mucho más por las veces que estuve prisionero, muchísimo más por los golpes que recibí. Con frecuencia estuve al borde de la muerte, (II Corintios 11, 23)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina