Gefunden 144 Ergebnisse für: objetos sagrados

  • Hacía poco tiempo, en efecto, que ellos habían vuelto del cautiverio, y sólo recientemente se había congregado todo el pueblo de Judea y habían sido consagrados los objetos de culto, el altar y el Templo, antes profanados. (Judit 4, 3)

  • Feliz el que tú eliges y atraes para que viva en tus atrios: ¡que nos saciemos con los bienes de tu Casa, con los dones sagrados de tu Templo! (Salmos 65, 5)

  • Tomó también la plata, el oro, los objetos de valor y todos los tesoros que encontró escondidos. (I Macabeos 1, 23)

  • debían erigirse altares, recintos sagrados y templos a los ídolos, sacrificando cerdos y otros animales impuros; (I Macabeos 1, 47)

  • los objetos que eran su gloria fueron llevados como botín, sus niños masacrados en las plazas, sus jóvenes pasados al filo de la espada enemiga. (I Macabeos 2, 9)

  • Hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del Templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa. (I Macabeos 4, 49)

  • Pero ahora caigo en la cuenta de los males que causé en Jerusalén, cuando robé los objetos de plata y oro que había allí y mandé exterminar sin motivo a los habitantes de Judá. (I Macabeos 6, 12)

  • Jonatán se revistió de los ornamentos sagrados el séptimo mes del año ciento sesenta, en la fiesta de las Chozas; reclutó tropas y fabricó una gran cantidad de armas. (I Macabeos 10, 21)

  • Dio nuevo esplendor al Templo y lo enriqueció con muchos vasos sagrados. (I Macabeos 14, 15)

  • los sacerdotes, postrados ante el altar con sus ornamentos sagrados, suplicaban al Cielo, que había dictado la ley sobre los bienes en depósito, rogándole que los conservara intactos para quienes los habían depositado. (II Macabeos 3, 15)

  • Menelao, pensando que se le había presentado una ocasión favorable, se apropió de unos objetos de oro del Templo y se los regaló a Andrónico, y también vendió otros en Tiro y en las ciudades vecinas. (II Macabeos 4, 32)

  • Lisímaco había cometido muchos robos sacrílegos en la ciudad con el consentimiento de Menelao, y la noticia se había divulgado entre la gente. Por eso el pueblo se amotinó contra Lisímaco, cuando ya muchos objetos de oro habían desaparecido. (II Macabeos 4, 39)


“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina