Gefunden 15 Ergebnisse für: preciosos

  • Josafat y su pueblo fueron a saquear los despojos y encontraron mucho ganado, provisiones, ropa y objetos preciosos: fue tanto lo que recogieron que no se lo podían llevar. Emplearon tres días en saquear el botín, porque era muy abundante. (II Crónicas 20, 25)

  • Su padre les había hecho muchos regalos de oro, plata y objetos preciosos, además de algunas ciudades fortificadas de Judá. Pero él había entregado el reino a Jorám porque era el hijo mayor; (II Crónicas 21, 3)

  • Al comienzo del año, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran prisionero a Babilonia, junto con los objetos preciosos de la Casa del Señor, y proclamó rey de Judá y de Jerusalén a su pariente Sedecías. (II Crónicas 36, 10)

  • Ellos quemaron la Casa de Dios, demolieron las murallas de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. (II Crónicas 36, 19)

  • Sus vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: plata, oro, bienes, ganado y gran cantidad de objetos preciosos, además de toda clase de ofrendas voluntarias. (Esdras 1, 6)

  • veinte copas de oro de mil dáricos y dos vasos de bronce bruñido tan preciosos como el oro. (Esdras 8, 27)

  • hallaremos toda clase de bienes preciosos, llenaremos nuestras casas con el botín; (Proverbios 1, 13)

  • En la morada del sabio hay tesoros preciosos y perfume, pero el necio se los devora. (Proverbios 21, 20)

  • con la ciencia se llenan las despensas de todos los bienes preciosos y agradables. (Proverbios 24, 4)

  • les colma la casa de bienes preciosos y con sus productos llena sus graneros. (Eclesiástico 1, 17)

  • Hay una conjuración de profetas en medio de ella. Como un león rugiente que despedaza la presa, han devorado a la gente, se han apoderado de las riquezas y objetos preciosos y han multiplicado las viudas en la ciudad. (Ezequiel 22, 25)

  • Se adueñará de los tesoros de oro y plata, y de todos los objetos preciosos de Egipto; los libios y los cusitas marcharán en su séquito. (Daniel 11, 43)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina