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  • Ellos confesarán el pecado que han cometido y restituirán la suma total a aquel a quien ocasionaron el perjuicio, añadiendo además una quinta parte de su valor. (Números 5, 7)

  • en esos casos, el hombre presentará su mujer al sacerdote y entregará como ofrenda por ella la décima parte de una medida de harina de cebada. Pero no derramará aceite sobre esa ofrenda ni le añadirá incienso, porque se trata de una oblación motivada por los celos, de una oblación conmemorativa, que debe recordar un delito. (Números 5, 15)

  • Una vez que haya puesto a la mujer delante del Señor, le descubrirá la cabeza y colocará en sus manos la oblación conmemorativa, es decir, la oblación motivada por los celos. El sacerdote, por su parte, tendrá en sus manos las aguas amargas, portadoras de maldición. (Números 5, 18)

  • Habla en estos términos a Aarón: "Cuando enciendas las lámparas, las siete luces deberán iluminar hacia la parte delantera del candelabro". (Números 8, 2)

  • Así lo hizo Aarón: dispuso las lámparas hacia la parte delantera del candelabro, como el Señor lo había ordenado a Moisés. (Números 8, 3)

  • Y a la madrugada del día siguiente subieron a la parte más alta de la montaña, diciendo: "Estamos preparados para ir al lugar que el Señor ha indicado, porque en realidad estábamos en un error". (Números 14, 40)

  • la persona que presente la ofrenda al Señor deberá traer, como oblación, la décima parte de una medida de harina de la mejor calidad, amasada con un litro y medio de aceite. (Números 15, 4)

  • Y todos se separaron de las moradas de Coré, Datán y Abirón. Datán y Abirón, por su parte, salieron y se pusieron de pie a la entrada de sus carpas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños. (Números 16, 27)

  • "Man-da a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que retire los incensarios de en medio de las brasas y que desparrame el fuego en otra parte, porque esos incensarios han sido santificados. (Números 17, 2)

  • Y el Señor dijo a Aarón: Tú no recibirás una herencia en el territorio de los israelitas ni tendrás una parte entre ellos: yo soy tu parte y tu herencia. (Números 18, 20)

  • Habla en estos términos a los levitas: Cuando ustedes reciban de los israelitas los diezmos que yo les asigné como herencia, reservarán la décima parte como una ofrenda para el Señor: (Números 18, 26)

  • De los dones que reciban, reservarán las ofrendas debidas al Señor: la mejor porción de cada cosa, o sea, la parte que debe ser consagrada. (Números 18, 29)


“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina