Gefunden 115 Ergebnisse für: vestiduras blancas

  • Matatías y sus hijos rasgaron sus vestiduras, se pusieron un sayal y se lamentaron amargamente. (I Macabeos 2, 14)

  • Aquel día ayunaron, se vistieron con un sayal, esparcieron ceniza sobre sus cabezas y rasgaron sus vestiduras. (I Macabeos 3, 47)

  • Trajeron las vestiduras sacerdotales, las primicias y los diezmos, hicieron comparecer a los nazireos que habían cumplido el tiempo de su voto, (I Macabeos 3, 49)

  • rasgaron sus vestiduras, hicieron un gran duelo, se cubrieron la cabeza con ceniza (I Macabeos 4, 39)

  • Cuando todavía estaban leyendo la carta, llegaron otros mensajeros de Galilea, con las vestiduras rasgadas, trayendo esta noticia: (I Macabeos 5, 14)

  • y fue a Tolemaida a entrevistarse con el rey, llevando consigo plata, oro, vestiduras y muchos otros regalos. De esta manera, se ganó el favor del rey. (I Macabeos 11, 24)

  • Jonatán rasgó sus vestiduras, se cubrió de polvo la cabeza y oró. (I Macabeos 11, 71)

  • Los habitantes de la ciudad, con sus mujeres y sus niños, subieron a la muralla, rasgándose las vestiduras y pidiendo a gritos a Simón que les concediera la paz. (I Macabeos 13, 45)

  • Mientras el Sumo Sacerdote ofrecía el sacrificio de expiación, se aparecieron otra vez a Heliodoro los mismos jóvenes, cubiertos con las mismas vestiduras y, puestos de pie, le dijeron: "Da muchas gracias al Sumo Sacerdote Onías, porque por su intercesión el Señor te concede la vida. (II Macabeos 3, 33)

  • Luego, lleno de indignación, despojó a Andrónico de la púrpura, desgarró sus vestiduras y lo hizo conducir por toda la ciudad hasta el sitio donde había tratado tan impíamente a Onías. Allí hizo ajusticiar al homicida, y así el Señor le infligió el castigo que había merecido. (II Macabeos 4, 38)

  • quedó humillado con el auxilio del Señor por los mismos que él despreciaba como los más viles. Despojado de sus lujosas vestiduras, solo y errante por los campos como un fugitivo, llegó a Antioquía con mucha más suerte que su ejército, que había sido destruido. (II Macabeos 8, 35)

  • y, cuando todavía estaban cerca de Jerusalén, apareció al frente de ellos un jinete con vestiduras blancas y esgrimiendo armas de oro. (II Macabeos 11, 8)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina