Gefunden 136 Ergebnisse für: Galaad

  • subió Najás el ammonita, y acampó contra Yabés de Galaad. Y todos los de Yabés dijeron a Najás. «Ponnos condiciones y te serviremos.» (I Samuel 11, 1)

  • Dijeron a los mensajeros que habían venido: «Así diréis a los de Yabés de Galaad: Mañana, cuando el sol apriete , seréis liberados.» Fueron los mensajeros y lo anunciaron a los de Yabés, que se alegraron. (I Samuel 11, 9)

  • Algunos hebreos pasaron también el Jordán al país de Gad y Galaad. Saúl estaba todavía en Guilgal y todo el pueblo temblaba junto a él. (I Samuel 13, 7)

  • Supieron los habitantes de Yabés de Galaad lo que los filisteos habían hecho con Saúl, (I Samuel 31, 11)

  • Llegaron los hombres de Judá, y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Communicaron a David que los hombres de Yabés de Galaad habían sepultado a Saúl. (II Samuel 2, 4)

  • Y David envió mensajeros a los hombres de Yabés de Galaad para decirles: «Benditos seáis de Yahveh por haber hecho esta misericordia con Saúl, vuestro señor, dándole sepultura. (II Samuel 2, 5)

  • Le proclamó rey sobre Galaad, sobre los aseritas, sobre Yizreel, sobre Efraím y Benjamín y sobre todo Israel. (II Samuel 2, 9)

  • Israel y Absalón acamparon en tierra de Galaad. (II Samuel 17, 26)

  • Cuando David llegó a Majanáyim, Sobí, hijo de Najás, de Rabbá de los ammonitas, y Makir, hijo de Ammiel, de Lo Debar, y Barzillay de Galaad de Roguelim, (II Samuel 17, 27)

  • También Barzillay de Galaad había bajado de Roguelim y había pasado el Jordán con el rey para despedirle en el Jordán. (II Samuel 19, 32)

  • Entonces David fue a recoger los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán, de entre los vecinos de Yabés de Galaad que los habían hurtado de la explanada de Betsán, donde los filisteos los habían colgado el día que mataron a Saúl en Gelboé; (II Samuel 21, 12)

  • Fueron luego a Galaad y al país de los hititas, a Cadés. Llegaron hasta Dan y desde Dan doblaron hacia Sidón. (II Samuel 24, 6)


“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina