Gefunden 256 Ergebnisse für: comer maná

  • cualquier animal de pezuña partida, hendida en mitades y que rumia, sí lo podréis comer. (Levítico 11, 3)

  • De entre todos los animales que viven en las aguas, podréis comer éstos: cuantos tienen aletas y escamas sean de mar o río, los podréis comer. (Levítico 11, 9)

  • Las siguientes de entre las aves tendréis por inmundas, y no podrán comer por ser abominación: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina, (Levítico 11, 13)

  • Pero de todos los bichos alados que andan sobre cuatro patas, podréis comer aquellos que además de sus cuatro patas tienen zancas para saltar con ellas sobre el suelo. (Levítico 11, 21)

  • De ellos podréis comer: la langosta en sus diversas especies y toda clase de solam, de jargol y de jagab. (Levítico 11, 22)

  • Cuando muera uno de aquellos animales de los que podéis comer, el que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 11, 39)

  • Todo bicho que anda arrastrándose sobre la tierra es cosa abominable; no se podrá comer. (Levítico 11, 41)

  • Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, que cace un animal o un ave que es lícito comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. (Levítico 17, 13)

  • La víctima se ha de comer el mismo día en que la inmoléis, o al día siguiente; y lo que sobre hasta el día tercero, será quemado. (Levítico 19, 6)

  • Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis impuro su fruto, como incircunciso; por tres años os serán como incircuncisos y no se podrán comer. (Levítico 19, 23)

  • Y en el quinto año podréis comer de su fruto y almacenar en vuestro provecho su producto. Yo, Yahveh, vuestro Dios. (Levítico 19, 25)

  • Pero a vosotros os he dicho: «Poseeréis su suelo, el que yo os daré en herencia, tierra que mana leche y miel.» Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os ha separado de estos pueblos. (Levítico 20, 24)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina