Gefunden 273 Ergebnisse für: Abrahán y Sara

  • y lo dejó partir sano y salvo; y lo despidió así: "Adiós, hijo mío, que tengas buen viaje. Que el Dios del cielo te conceda a ti y a Sara, tu mujer, un feliz viaje, y que pueda yo ver a vuestros hijos antes de morir". (Tobías 10, 11)

  • Después dijo a su hija Sara: "Honra a tus suegros, pues desde ahora son tus padres como nosotros, que te hemos engendrado. Vete en paz, hija, y que tenga yo, mientras viva, buenas noticias de ti". Los abrazó y los dejó partir. (Tobías 10, 12)

  • Edna, a su vez, dijo a Tobías: "Hijo y hermano querido, quiera el Señor que vuelvas y que yo vea a vuestros hijos antes de morir. Confío mi hija a tu protección. No la hagas sufrir. Vete en paz. Desde ahora yo soy tu madre, y Sara, tu mujer. Que vivamos todos felices durante toda nuestra vida". Los besó y los dejó partir en paz. (Tobías 10, 13)

  • Tobías entró en casa muy contento, alabando a Dios con todas sus fuerzas. Después contó a su padre el éxito de su viaje, que traía el dinero, que se había casado con Sara, hija de Ragüel, la cual estaba ya a las puertas de Nínive. (Tobías 11, 15)

  • Después se acercó a Sara, mujer de Tobías, y la bendijo así: "Bienvenida seas, hija mía. Benditos sean tus padres, bendito Tobías, mi hijo, y bendita tú, hija mía. Entra en tu casa, bienvenida seas; a ti la bendición y la alegría; entra, hija mía". (Tobías 11, 17)

  • Cuando rezabais tú y Sara, yo presentaba vuestras oraciones al Señor. Cuando enterrabas a los muertos, yo estaba a tu lado. (Tobías 12, 12)

  • Y Dios también me envió para curarte a ti y a Sara, tu nuera. (Tobías 12, 14)

  • Todos los israelitas que se salven entonces y que se acuerden de verdad de Dios se juntarán, irán a Jerusalén y habitarán con seguridad para siempre en la tierra de Abrahán, que se les entregará de nuevo. Los que aman a Dios de verdad se alegrarán, mientras que los pecadores y los injustos desaparecerán de la tierra. (Tobías 14, 7)

  • Recordad lo que hizo con Abrahán, cómo probó a Isaac y lo que sucedió a Jacob en Mesopotamia de Siria, mientras apacentaba los rebaños de Labán, hermano de su madre. (Judit 8, 26)

  • Y ahora, señor y rey, Dios de Abrahán, ten piedad de tu pueblo, pues proyectan nuestro exterminio y desean acabar con tu antigua heredad. (Ester 13, 15)

  • Ni tu sierva se ha alegrado desde mi elección hasta hoy sino en ti, Señor, Dios de Abrahán. (Ester 14, 18)

  • Los jefes de los pueblos se han reunido con el pueblo del Dios de Abrahán; pues de Dios son los escudos de la tierra y él está por encima de todo. (Salmos 47, 10)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina