Gefunden 124 Ergebnisse für: Incienso

  • Otros cuidaban del mobiliario, de los objetos sagrados, de la flor de harina, del vino, del aceite, del incienso y los perfumes. (I Crónicas 9, 29)

  • Hijos de Amrán: Aarón y Moisés. Aarón fue elegido, con sus hijos, para servir perpetuamente en las cosas más santas: ofrecer el incienso delante del Señor, darle culto y bendecir en su nombre eternamente. (I Crónicas 23, 13)

  • También yo estoy para construir un templo al nombre del Señor, mi Dios, para consagrarlo a él, quemar incienso y aromas ante él, tener siempre ante él los panes de la proposición, ofrecer holocaustos diarios, mañana y tarde, los sábados, los novilunios y las demás fiestas del Señor, nuestro Dios; así se hará siempre en Israel. (II Crónicas 2, 3)

  • Pero ¿quién sería capaz de construir un templo digno de él, cuando ni todos los cielos lo pueden contener? ¿Quién soy yo para construir un templo, aunque sea sólo para quemar incienso en su honor? (II Crónicas 2, 5)

  • Al regreso de la victoria sobre los edomitas, Amasías se trajo los dioses de Seír, los tomó como dioses suyos, se postró ante ellos y les quemó incienso. (II Crónicas 25, 14)

  • Al sentirse poderoso, se llenó de soberbia, lo que fue su perdición. Fue infiel al Señor y entró en el templo a ofrecer incienso sobre el altar de los perfumes. (II Crónicas 26, 16)

  • que se enfrentaron al rey Ozías y le dijeron: "Ozías, tú no puedes ofrecer el incienso al Señor; sólo pueden hacerlo los sacerdotes de Aarón, consagrados precisamente para eso. Sal fuera del santuario, porque has pecado y no tienes derecho a la gloria que viene del Señor Dios". (II Crónicas 26, 18)

  • Ozías, todavía con el incensario en su mano para quemar el incienso, montó en cólera contra los sacerdotes y, al instante, brotó la lepra en su frente en presencia de los sacerdotes en el templo del Señor, junto al altar de los perfumes. (II Crónicas 26, 19)

  • y lugares de culto en todas las ciudades de Judá para quemar en ellos incienso a los ídolos, provocando así la ira del Señor, el Dios de sus padres. (II Crónicas 28, 25)

  • Cerraron incluso las puertas del pórtico, apagaron las lámparas y dejaron de ofrecer incienso y holocaustos en el santuario al Dios de Israel. (II Crónicas 29, 7)

  • Por tanto, hijos míos, no seáis negligentes, pues vosotros sois los elegidos del Señor para estar en su presencia, servirle, ser sus ministros y quemar incienso. (II Crónicas 29, 11)

  • Destruyeron los altares que había en Jerusalén para los sacrificios y para el incienso y los tiraron al torrente Cedrón. (II Crónicas 30, 14)


“Quando fizer o bem, esqueça. Se fizer o mal, pense no que fez e se arrependa.” São Padre Pio de Pietrelcina