Gefunden 124 Ergebnisse für: Incienso

  • El perfume y el incienso alegran el corazón, el consejo y la ciencia son la delicia del alma. (Proverbios 27, 9)

  • Coro: ¿Qué es eso que sube del desierto como columna de humo, perfume de mirra y de incienso y de todo aroma de perfumes? (Cantar 3, 6)

  • Mientras sopla la brisa del día y las sombras se desvanecen, iré al monte de la mirra, a la colina del incienso. (Cantar 4, 6)

  • nardo y azafrán, canela y cinamomo, con toda clase de árboles de incienso, mirra y áloe con los bálsamos más finos. (Cantar 4, 14)

  • Porque pronto un hombre irreprochable vino como adalid, empuñando las armas de su propio ministerio, la oración y el incienso expiatorio, y resistió la cólera y puso fin al azote, mostrando así que era siervo tuyo. (Sabiduría 18, 21)

  • Como el cinamomo y el espliego he dado mi aroma, como mirra escogida exhalé mi perfume; como gálbano, ónix y estacte, y como perfume de incienso en el tabernáculo. (Eclesiástico 24, 15)

  • Ofrece incienso y una ofrenda de flor de harina, y generosos sacrificios según tus medios. (Eclesiástico 38, 11)

  • Derramad buen olor, como incienso. Floreced como lirio, exhalad suave olor y celebrad sus loores, bendecid al Señor por todas sus obras. (Eclesiástico 39, 14)

  • Lo escogió entre todos lo vivientes para ofrecer el sacrificio al Señor; el incienso y el perfume en memorial, para hacer el rito de absolución sobre el pueblo. (Eclesiástico 45, 16)

  • como rosa en días de primavera, como lirio junto al manantial y como brote del árbol del incienso en tiempo de verano; (Eclesiástico 50, 8)

  • como fuego e incienso en el incensario, como vaso de oro macizo, adornado con toda clase de piedras preciosas; (Eclesiástico 50, 9)

  • para traerme ofrendas vanas; me causa horror su incienso. Novilunios, sábados, asambleas..., ¡ya no soporto más sacrificios ni fiestas! (Isaías 1, 13)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina